El economista Frederic Emám-Zadé Geraldino dijo ayer que no debe sorprender que en cualquier momento la Unión Europea inicie un proceso de consultas y suspenda su ayuda a la República Dominicana, hasta que se instale una nueva administración pública.

El también embajador y ex vicecanciller habló en esos términos, al considerar “preocupantes y aceptables”, las declaraciones del representante de Unión Europea en la República Dominicana, Miguel Amado.

En sus declaraciones Emam- Zadé Geraldino ponderó la importancia de los convenios y aportes del Acuerdo de Cotonou y dijo que el país debe estar claro sobre la responsabilidad que tiene en ese sentido.

El experto en negociaciones comerciales dijo que mediante el convenio de Cotonou, el país le concedió a la Unión Europea cierto grado de intervención en los asuntos internos, bajo ciertas condiciones como las presentes y hasta el derecho a suspender la ayuda europea.

El economista se expresó en esos términos, luego de que el embajador Amado declarara que la realización de elecciones transparentes es factor vital para mantener la ayuda que ofrecen a la República Dominicana, mediante el convenio de Cotonou.

«Aunque los convenios de Lomé I, II, III y IV se centraron en la cooperación económica y eran neutrales en lo político, en Lomé IV esto cambió e incluimos como «elemento esencial», el respeto de los principios democráticos y el Estado de Derecho», Sostuvo Emam-Zadé Geraldino.

Refirió que posteriormente en Cotonou se vio como «elemento fundamental» el tema del buen gobierno y la República Dominicana, junto a los demás Estados ACP y la Unión Europea, acordaron que cuando los «elementos esenciales» o el «elemento fundamental» fueran violados, podría suspenderse la ayuda europea, si no se llegaba a algún entendimiento, mediante un proceso de consultas previo.

Manifestó que en estos momentos, los tres pilares de la gobernabilidad están colapsando en el país y obviamente eso preocupa a los europeos.

«En primer lugar, se está entorpeciendo el proceso mediante el cual el pueblo selecciona y reemplaza a sus autoridades; segundo, se ha erosionado la capacidad del gobierno para formular e implementar sus políticas y tercero, tanto los ciudadanos como el Estado, le han perdido casi completamente el respeto a las instituciones que gobiernan las interacciones entre ellos», explicó.