La modificación de los códigos del Menor, Penal y Procesal Penal no son suficientes para controlar la criminalidad que afecta al país, afirmación en la que coincidieron el diputado Demóstenes Martínez, el politólogo Daniel Pou y el jurista Servio Tulio Castaños.
Martínez, quien preside de la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados, expresó que el interés de los legisladores al reformar esos instrumentos de aplicación de justicia, es satisfacer de alguna manera los reclamos de una ciudadanía que se siente hastiada por la delincuencia.
Sin embargo, admitió que el simple hecho de que se reformen no se traducirá en cambios fundamentales, porque son muchos los elementos que se deben tomar en cuenta.
Castaños planteó que, en el caso del Código Procesal Penal, su ejecución lo que ha hecho es desnudar a los actores del sistema, al Ministerio Público y a la Policía, porque trabajan sin coordinación.
La Policía no quiere que la controlen, y el Ministerio Público da la impresión de que no quiere controlarla, ese es el problema.
Sin embargo, Castaños dijo que las citadas reformas son oportunas porque los códigos pueden ser perfectibles.
Pou dijo que las fallas tienen su origen en la ausencia de una política criminal. El estado es una suma de entidades inconexas, y el problema de la seguridad está ahí, dijo, al destacar que el Código Procesal Penal es un instrumento, no un plan que establezca una verdadera política criminal.
Las claves
1. Las reformas
Castaños entiende que, aunque los códigos penales no detienen el auge de la criminalidad, pueden ser perfectibles para que haya una mejor aplicación de la justicia.
2. Lucha contra el crimen
Pou cuestionó que el Estado dominicano no cuente con una política criminal, y destacó que para lograrlo hay que involucrar a todos los organismos del sistema judicial y de la seguridad.