Estiman muertos son unos cincuenta

Estiman muertos son unos cincuenta

POR YLUMINADA PÉREZ Y NARCISO PÉREZ
NAGUA.-
Sobrevivientes del naufragio de una yola en que viajaban 79 personas dijeron que al menos medio centenar murió durante los trece días que tuvieron a la deriva hasta que fueron rescatados por dos pescadores.

Dulce Aquino, Faustina Santana Candelario, Juana Santos y Carlos Montañés dijeron que la mayoría murió de hambre, sed y deshidratación.

Dijeron que hubo momentos de desesperación y hasta de locura.

En uno de esos momentos, dijeron, vieron una sombra negra gigantesca que luego resultó ser un animal enorme que ellos pensaban que los iba a arropar porque era el demonio que quería apoderarse de ellos.

Dijo que cuando estaban desesperados un grupo de mujeres comenzó a orar, abrieron un libro del Nuevo Testamento para tratar de llevar paz espiritual y una esperanza de vida.

Consideraron como un milagro de Dios que estén vivos, para que pudieran narrar esta mala experiencia y confirmarle a decenas de familias el fallecimiento de muchos de sus parientes.

Entre los fallecidos que los acompañaban identificaron a Franklin Fermín, Martín Peguero, Ambiorix del Orbe Rosario, Cija Canario Portorreal y Lidia López, quienes residían en la comunidad La Pichinga de El Pozo.

De igual manera confirmaron la muerte de Víctor Mendoza y Roberto Antonio Ventura,  de Santo Domingo, y de muchos otros más cuyos nombres dijeron no recordar.

Dijeron que tuvieron que comer carne de los que morían, ingerir sangre y amamantarse de una joven mujer recién parida que terminó muriendo y su cuerpo fue arrojado a las aguas. También se alimentaban de pececillos vivos, algas y saciando su sed en ocasiones de un líquido que sacaban de un palo de la embarcación color verde.

Decenas de velatorios se observaban ayer en comunidades de la región nordeste, unos con los cuerpos de las víctimas y otros sin ellos ya que sus familiares dan como muertos a los desaparecidos.

Entre las ceremonias familiares de ayer estaban las de Chelo Arias, Lidia María Frías, Cristina Cortorreal, Jovanni del Orbe, José Moronta Burgos y Basilio Reyes, quienes murieron en tierra, después de haber sido rescatadas.

Han sido colocados altares en las casas de los fallecidos que residían en La Pichinga, La Cimarra, Helechal, Villa Riva, Arenoso y El Aguacate del Yuna.

LOS PESCADORES

Alberto Medina y Pedro Antonio Paulino, los dos pescadores que iniciaron el rescate, dijeron que la mayoría de los sobrevivientes estaba desnudo y que les informaron que la mayoría de desapareció estando la embarcación a unos 8 kilómetros de la playa de Los Gringos.

Medina y Paulino dijeron que para realizar el rescate tuvieron que desmantelar los motores de su bote de pesca para instalárselo a la yola para poder traerla a la orilla.

ALQUILAN AVIONETA

Roberto Ureña Rondón,  Sio Muisic, Cristian Evangelista e Iván Ureña dijeron que preocupados por la desaparición de sus familiares desde el pasado viernes alquilaron dos avionetas, cada una a 150 dólares la hora, para buscar desde Cuba a Puerto Rico.

La Marina de Guerra, la Cruz Roja, la Defensa Civil y decenas de buzos voluntarios buscaban los más 40 personas desaparecidas desde el pasado día 29.

Carlos Liranzo, encargado de la Cruz Roja, dijo que los náufragos informaron que tenían seis días navegando a unas 30 millas de la playa Poza de Bojolo, por lo que se presume que pueden aparecer cadáveres en el litoral desde Samaná hasta Río San Juan.

PAGARON PARA MORIR

Felipe de los Santos, agricultor de 28 años de Villa Altagracia, dijo que los capitanes de la yola lanzaban al agua a quienes protestaban por la situación que vivían.

La señora Engracia Del Orbe dijo que su hijo Ramón Antonio vendió una motocicleta para conseguir los RD$30,000 que le cobraban por el viaje.

«Yo se lo dije varias veces, que si vendía el motor para ese viaje, que no me volviera a la casa y ahora tenemos que velarlo sin tenerlo aquí», dijo doña Engracia, de Villa Riva.

El hacendado Juan Sierra lamentó que su hijo Alberto José Sierra pagara para irse a Puerto Rico, cuando tenía tierras sembradas de arroz y un tractor con el cual ganaba mucho dinero.

La esposa de Sierra, dijo, tiene tres meses en Puerto Rico y que se fue en una yola.

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