Estimulante

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El Gobierno ha dado un paso muy importante para la economía al concebir y someter a la consideración del Congreso Nacional un proyecto de «Ley para el Fomento de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa».

En todas partes del mundo, las economías, grandes y pequeñas, tienen una permanente deuda de gratitud hacia las micros, pequeñas y medianas empresas porque sirven de correa de transmisión en la dinámica productiva y la oferta de servicios.

La falta de un estatuto para el fomento de las mipymes, como se las denomina al hacer contracción de las tres categorías, ha representado siempre un freno al desarrollo de estas unidades económicas.

Un grave obstáculo que ha limitado de manera determinante el auge de las mipymes ha sido el poco o ningún acceso a carteras de financiamiento de la banca comercial para mantener líneas de producción de bienes u oferta de servicios.

El otro problema ha sido la fragilidad de las mipymes en momentos de crisis, entre otras causas por falta de medios de protección ante cambios muy dramáticos en el comportamiento de la macroeconomía.

Un ejemplo de esa fragilidad es las consecuencias que sufrieron las mipymes por causa de la gran crisis desencadenada en este país por el manejo inadecuado de la quiebra de tres grandes bancos.

Hubo entonces una quiebra generalizada de micros, pequeñas y medianas empresas en todo el país, cuya consecuencia inmediata fue el incremento sustancial del desempleo.

-II-

Se estima que de ser aprobado el proyecto, las mipymes contarían con acceso a fondos estatales que corresponderían a un 0.5% del monto del Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos y la cartera de crédito del Programa para la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (PROMIPYME).

Es decir que en las circunstancias actuales, los fondos a disposición de las mipymes para fines de financiamiento de operaciones ascenderían a unos cinco mil millones de pesos.

El paso viene a resultar de alta significación en momentos en que se aproxima la vigencia del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-CAFTA), que abre oportunidades de comercio que pueden ser aprovechadas por las mipymes.

El país tiene que diseñar un esquema económico que multiplique el número de micros, pequeñas y medianas empresas, como forma de generar empleo y dar apoyo a iniciativas que se quedan en el papel por falta de un estatuto jurídico que las justifique.

Es necesario estimular a los pequeños grupos de emprendedores, brindándoles no solamente acceso a financiamiento, sino también asesoramiento que les permita ser exitosos.

Se aspira a que, una vez aprobada la legislación, las mipymes pasen a jugar un papel de mayor protagonismo en la definición del curso de la macroeconomía y que la nueva ley les permita marchar al ritmo de los tiempos en avance tecnológico para hacer frente a una demanda cada vez más exigente.

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