Alguna vez lo he contado pero es oportuno refrescarlo: en 1966 Juan Bosch se fue a Europa y dejó al Partido Revolucionario Dominicano en manos de un grupo de muchachos de menos de 30 años.

Los mayores no participaban en el día a día, en las peligrosas reuniones celebradas de manera semiclandestina en los comités de base, en las cuales  soplábamos la candela para mantener viva la llama de la libertad y la democracia.

Era muchísimo más fácil poner el océano entre él y nosotros, que enfrenar los odios y cobardías de generales y militares que huyeron, cuando sonaron los tiros de la reivindicación de los derechos populares. Al amparo de las sombras asesinaron nadie sabe a cuántos jóvenes revolucionarios.

José Francisco Peña Gómez me designó Fiscal del Tribunal Nacional de Disciplina del PRD, ya había una tarea pendiente: el juicio al ex Presidente José Rafael Molina Ureña y a Enriquillo del Rosario Ceballos.

¿Por qué fueron enjuiciados? Porque aceptaron puestos a Joaquín Balaguer, sin consulta ni permiso del partido; Molina embajador ante Naciones Unidas y Enriquillo embajador ante la Organización de Estados Americanos.

Es cierto que Antonio Martínez Francisco y José Antonio Brea Peña aceptaron sendas carteras en el gabinete de Balaguer, pero ambos solicitaron y obtuvieron permiso del Comité Ejecutivo Nacional, aunque Juan Bosch quiso escamotear tal decisión, lo que no pudo por gestión de Bartolomé Moquete Andino, Secretario de Actas del CEN, pero esa es otra historia.

Molina Ureña y Enriquillo no asistieron aunque fueron legalmente convocados. De los jueces recuerdo al presidente del Tribunal, Luis Enrique Lembert Peguero y a Ramón Antonio (Tonito) Abreu Flores, secretario. Molina y Enriquillo, fueron expulsados de por vida, aunque años después, por lo menos, Molina Ureña regresó.

Habían violado una disposición del partido que ordenaba no aceptar posiciones en el gobierno, pues Balaguer continuaba la política impuesta por los invasores norteamericanos de 1965, que Peña Gómez definió como “corromper arriba (comprando dirigentes) y matar abajo (asesinando dirigentes populares)”.

La transgresión, el pecado, la falta de los dos dirigentes echados del partido fue infinitamente menos grave que la de ex dirigentes actuales que públicamente pregonaron su respaldo al candidato del partido contrario al candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano.

¿Qué es la traición? Traición es deslealtad, alevosía, infidelidad, engaño, falsía, felonía, ingratitud, infamia, vileza, insidia, delación, perjurio, complot, maquinación, conjura.

Tipificada la traición, me parece peligrosamente permisiva la posición que pregona castigar a los de abajo y permitir que Miguel Vargas Maldonado continúe en el partido puesto que, fruto de su mezquindad y sus complejos, traicionó al Partido Revolucionario Dominicano y a su candidato Hipólito Mejía, Ese cáncer hay que erradicarlo para la salud del PRD.