“Estoy feliz de ganarme la vida como fotógrafo”

“Estoy feliz de ganarme la vida como fotógrafo”

Este joven mercadologo es exitoso en el área de la fotografía, aquí nos cuenta sobre su trayectoria profesional y vida personal

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Muestra de las impresiones fotográficas captadas por Ernesto Ríos.

La destreza, habilidad, inspiración, disciplina y compromiso son palabras que definen la labor fotográfica del joven talento dominicano Ernesto Ríos Viñas, cuya pasión por este arte le ha dado un dominio único y profesional.

Su capacidad va más allá de saber presionar el obturador. Más bien del momento justo para hacerlo y “cómo lo hacemos, pues si los clientes y colaboradores ven que amas tu trabajo y les das la importancia que ellos merecen, todo es más sencillo y fluye de manera más natural”, reconoce este artista de la cámara de 37 años edad.

Su calidad de persona, abierto y sencillo, acompañado por las aptitudes que reúne, les han acercado como imán a figuras destacadas como Tania Báez e Inés Páez (La chef Tita); marcas multinacionales como Texaco y Philip Morris, así como empresas locales de la dimensión de Centro Cuesta Nacional (CCN), Café Santo Domingo, periódico Hoy, entre otros, a los que ha servido en proyectos a través de la creación de Marketing Integral 360, empresa de su propiedad con cuatro años en el mercado local dedicada fundamentalmente a ofrecer servicios de promoción y publicidad.

Confiesa que algo que valora de este oficio es la gran cantidad de vínculos que le ha permitido crear, además de reconocer que el instinto fotográfico ha sido la clave para el logro de resultados impresionantes.

“Este tipo de trabajo requiere olvidarse de las prisas, requiere realizar una labor de acercamiento, de contacto humano, conversar mucho, convivir con los clientes y te aporta, por tanto, unas experiencias y un enriquecimiento personal invaluable”.

Conexión fotográfica
“La fotografía, para mí es un medio para la expresión. Diría que es la forma más excelente de conectar con otros, de poder transmitir sentimientos, estados de ánimo, es la vía que tengo para expresarme y mostrar mi forma de ver lo que me rodea”, explica Ernesto.

Este profesional de la lente asegura que su motivación para ejercer este oficio se debe a su padre Juan Ríos, odontólogo de profesión, quien siempre sintió afición por la fotografía. “Desde muy temprana edad las cámaras, rollos, negativos, eran parte de mi día a día gracias a él. Actualmente este es un vínculo que nos une aún más, pues disfrutamos salir a capturar momentos, pero sobre todo compartir un arte que a ambos nos apasiona”.

Sin la paciencia, dedicación y disciplina, Ernesto considera que no es posible obtener resultados duraderos.

Un mercadólogo fotógrafo

A pesar de ser la fotografía parte de su vida, Ernesto explica que al principio no pensó vivir profesionalmente de este oficio y adentrarse a este mundo fue pura casualidad.

Es mercadólogo de profesión, algo por lo que apostó y a lo que sumó una maestría en comunicación corporativa, por lo que “la fotografía la he desarrollado de forma empírica”, aclara este joven de mirada aguda y hablar pausado.

Su historia con la fotografía comenzó luego de trabajar por 15 años en la Cervecería Nacional Dominicana con importantes proyectos en el área comercial (Mercadeo y Ventas).
Es ahí cuando cae en cuenta que tenía inquietudes que quería desarrollar. Y es ahí cuando decide dar rienda suelta a sus ideas y emprende junto a otros socios tan jóvenes como él la empresa de Marketing Integral 360.

“Con el tiempo comencé a descubrir que los vínculos entre el mercadeo y la fotografía eran más afines de los que imaginaba, dándole así más seriedad a la parte fotográfica”.
Hoy día su lado de mercadólogo está presente en el desarrollo de cada proyecto y el ojo fotográfico en cada proyecto comercial.

Este capitaleño da propiedad de una manera magistral a todo cuanto hace y le apasiona.
Cuenta que lo que más disfruta es “buscar las imágenes que previamente imaginé o soñé. No siempre lo logro, pero cuando sucede, es una sensación que no se puede definir y me motiva a seguir buscando y experimentando”.

¿Algún obstáculo?

“No creo haya tenido alguna limitación en mi profesión como mercadólogo o fotógrafo. Diría más bien que me he enfrentado a los mismos obstáculos de cualquier profesión en un país como el nuestro, como son la búsqueda de oportunidades en una cultura donde las relaciones pesan más que el talento o el intelecto.

Sin embargo, en vez de verlo como una restricción lo veo como un reto a superar, y me ha impulsado a crear mis propias oportunidades”, dice convencido.

De este proyecto Marketing Integral 360, Ernesto agradece el aporte de mentores que les han ayudado a crecer como profesional hasta conseguir sentirse pleno a nivel personal. Confiesa que su forma de retribuir es compartir sus conocimientos, ya sea a través de oportunidades de trabajo o sencillamente compartiendo puntos de vista mientras se disfruta de un café.

Para Ríos Viñas el éxito es “levantarme todos los días con la sensación de que vivo de lo que me gusta, y que es una oportunidad nueva para lograr mis metas”.

Su profesión, su pasatiempo

Si de algo Ernesto se siente felizmente realizado es de poder ganarse la vida como fotógrafo, haciendo esto que en verdad le apasiona y que integra su profesión con su pasatiempo.

Se reconoce como una persona tímida, pero un trabajador con metas claras algunas veces obstinado. “Como buen fotógrafo, soy de pocas palabras, pero un observador a lo bestia”.

Amigo de amigos, es muy unido a sus familiares Juan Ríos y Gloria Viñas, sus padres, y a su hermano menor Juan Alfredo Ríos. Viene de una familia de numerosos primos y recuerda con nostalgia viajes a la playa y las comelonas que se armaban en casa de una de sus abuelas.

Son muchas cosas que a Ernesto le causan pesar, pero las que más le apenan son la desigualdad social, desprotección a los envejecientes, el trabajo infantil y el maltrato animal

Más que mil palabras en una imagen

Este talentoso fotógrafo y también especialista en el área audiovisual, es de los que disfruta mucho de los viajes, sobre todo los que se dan sin nada de planificación. “Me gusta tomar carretera con cámara en mano, ir deteniéndome a captar lo que voy encontrando en el camino, como la gente y su forma de vida, sus costumbres en su entorno habitual ya sea en el campo, en la calle, o inmortalizar momentos en un acto folclórico o religioso”.

Y es que a través de su trabajo fotográfico Ernesto ha logrado plasmar la sociedad, la cultura y la idiosincrasia del pueblo dominicano. “Si voy a un lugar no es solo mostrar lo que está pasando, es también para intentar y conseguir una fotografía que resuma una situación de un vistazo”. Su mayor satisfacción es lograr conseguir una fotografía sobre lo que la gente pueda decir: “¡Ah!, esto es verdad. Lo captaste bien”.

Disfruta viajar a Nueva York sin importar las veces que haya ido, pues admira la diversidad de su cultura, comida y la gente que la habita. Y si de comida se trata, Ernesto saca plato aparte a la gastronomía mexicana. El café es su bebida favorita.

De su República Dominicana, de momento, su lugar favorito es un proyecto en la comunidad de la Bocaina, en San José de Ocoa, que en este tiempo de cuarentena ha tenido la oportunidad de trabajar, y está complacido por lo rica que es la vegetación del lugar, la infinidad de opciones que le ofrece para tomar capturas y sobre todo, la calidad de sus habitantes.

Como buen dominicano, admira de sus compatriotas su espíritu de servicio y su alegría, independientemente de la situación económica o política actual. Ernesto es de los que apuesta por una mejor educación en su país porque entiende que esta “es la base para generar los cambios necesarios para la transformación en República Dominicana”.

Desea y exhorta a la juventud dominicana a que busquen capacitarse y se involucren en los temas de carácter social, “que no sean solo espectadores, sino que sean agentes de cambio”.

La fotografía, para mí, es un medio para la expresión. Mi satisfacción es lograr una fotografía sobre lo que la gente pueda decir: “¡Ah!, esto es verdad. Lo captaste bien”.

«En esta práctica fotográfica se requiere olvidarse de las prisas, es de realizar una labor de acercamiento, de contacto humano, conversar mucho, convivir con los clientes»

“El fotógrafo debe tener paciencia y dedicación. Sin la disciplina y el trabajo constante no es posible obtener resultados duraderos”.


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