Roma. El maestro colombiano Andrés Orozco Estrada consideró hoy que Europa “seguirá siendo” la cuna de la música clásica pero, al mismo tiempo, aseguró que las orquestas y la música latinoamericanas están creciendo “en interés, ganas y presencia».
Hace ya dieciocho años que Orozco Estrada (Medellín, 1977) cambió su Colombia natal por la capital austríaca, Viena, donde se ha formado artísticamente hasta el punto de convertirse en uno de los director de orquesta más apreciados del mundo.
Hoy se encuentra en Roma para ofrecer tres conciertos en la Academia de Santa Cecilia y, en una entrevista con Efe, aseguró que el Viejo Continente “definitivamente sigue y seguirá siendo” la cuna de la música clásica.
“Creo que sigue y seguirá siéndolo. Todos (los músicos), cuando venimos aquí, queremos mantener y seguir cultivando y cuidando esa riqueza que encierra la historia europea”, refirió.
En su ya dilatada experiencia en Austria ha podido apreciar cómo “cada noche hay cinco o seis conciertos grandes, dos o tres óperas diarias y dos o tres conciertos sinfónicos”, una actividad cultural que, en su opinión, “habla por sí sola».
“Se vive aún. Las salas están llenas, los conciertos están todos vendidos. El público los disfruta y escucha”, afirmó, para después apuntar que el caso vienés es un ejemplo ya que esta situación también se vive en otras capitales como Roma, Madrid o Berlín.
El maestro señaló que, paralelamente, “lo bonito es que si se viaja a otro lado como Norteamérica, Latinoamérica o Asia, la música clásica se asume también con mucho respeto y aprecio».
Destacó el caso de América Latina y, especialmente, la escuela venezolana, que “ha vivido un gran momento que ya pasó pero que sigue funcionando” e inspirando al resto de países de la región.
“Mostró una manera de que la música clásica se incluya en la vida, en la sociedad y desde un punto de vista no solo artístico sino también humano y social”, reconoció.
Orozco Estrada sostuvo que en Latinoamérica y en Colombia hoy en día puede apreciarse que “la música clásica está muchísimo más presente” y eso a su juicio “significa que la música está creciendo, en interés, en ganas y en presencia».
“Y eso no solo es bonito sino que es positivo para la música y para la sociedad”, defendió el director, quien valoró que “la música, su riqueza y su belleza, es como el arte mismo, nunca va a estar de menos sino todo lo contrario».
El maestro colombiano tomará la batuta desde mañana y hasta el sábado para dirigir la orquesta de la Academia de Santa Cecilia e interpretar cuatro piezas, entre ellas el “Concierto para piano en Fa” del estadounidense George Gershwin, de inspiración jazz y para la que contará con el pianista Conrad Tao.
También dirigirá la obertura “The School for Scandal” (1931) de Samuel Barber y dos conocidas piezas del francés Maurice Ravel– “Rapsodia española” (1907) y “Boléro” (1928).
Orozco Estrada vuelve de este modo a la capital italiana, una ciudad en la que, afirma, se siente como en casa y, sobre todo, contento de poder presentar “un repertorio distinto al que se suele hacer».
Todo para satisfacer a un público, el italiano, que calificó de “muy atento, educado pero no muy disciplinado o frío como por ejemplo el alemán».
“Les gusta descubrir las bellezas de la música, especialmente la parte vocal (…) Está siempre atento y cuando le ofreces diferentes matices y colores, se deja llevar”, matizó.