Los índices criminosos y de violencia registran un índice cada vez mayor en nuestro país, sin que se concreticen estrategias idóneas para reducir estos flagelos que mantienen  en zozobra a la ciudadanía.

El día once de este mes, el jefe de la Policía, mayor general José Polanco Gómez, presidió una reunión a la que no asistió el ministro de Interior y Policía, José Ramón Fadul Fadul (Monchy), que inició a las seis de la mañana y concluyó tres horas después, un maratón  para nada.

Las providencias correctas para reducir a  niveles aceptables el auge pasmoso del crimen se iniciarán cuando se modifique la Ley 36-66, de manera que solo se permita la tenencia y no el porte de armas de fuego, sin excepción a nadie, ni legisladores, ministros, funcionarios, directores, y quien requiera de protección que pague servicios privados, que hay muchos.

Insertar Interior y Policía espacios en los medios de comunicación escritos, radio y tv, pagando por adquirir armas sin permisos y pagar  bien a quien denuncie la posea ilegal.

Ofrecer empleos a los jefes de pandillas barriales y crear dispensarios médicos, PROMESE, INESPRE, oficinas de ofertas de empleos de Zonas Francas Industriales y CONEP, porque la democracia y los beneficios que reporta a los ricos, es menester pagar una pequeña cuota de sus dividendos, porque de no, entonces el país es el desbarajuste de hoy, porque la Policía sola no puede, como es el caso.

El flamante ministro de Deportes descender a los barrios y construir estructuras deportivas, distribuir utilerías, propiciar concursos de béisbol, voleibol, baloncesto, y pagar en efectivo a los ganadores, creando una amplia conciencia deportiva.

Los clubes sociales y las iglesias católica, pentecostales, adventistas, mormones, Testigos de Jehová, Mita en Aarón, empoderarse profundo en orientar a la juventud, casa por casa, no solo los sábados o domingos en sus templos, y luego de un tiempo prudente de funcionar estas iniciativas, comprobaremos sus resultados.