Estrategia correcta

Estrategia correcta

UBI RIVAS
La estrategia y/o implementación de la campaña electoral debe reflexionar en relación al «raspapolvo», el pau pau, propinado por la Conferencia del Episcopado Dominicano insertado en los medios de comunicación el 22 del presente mes.

Instaron los prelados desertar de las diatribas y trocarlas por las ofertas concretas, viables, posibles, de los candidatos a las elecciones del 16 de mayo próximo.

El resto es basura, intrascendencia, bochorno, «paja para la garza», aberración, fuera de contexto, repudiado por la ciudadanía y hasta por los párvulos que no se contextualizan con la catarata de insultos y acusaciones dolorosas que es el eje de la presente campaña electoral, no exponer un proyecto de país.

Acusaciones e insultos que como en boomerang, se vuelven contra quienes la impulsan con la misma fuerza que la originaron.

El mismo día 22, el Gobierno acusaba al candidato del PRD de una transacción para adquirir un famoso hotel capitalino, y también una disertación del presidente Leonel Fernández donde asegura que la economía creció el año pasado en un 8%, que la tarjeta de Solidaridad había incorporado a 63 mil beneficiarios más y que el Metro inició una carrera de prueba.

¿Cuál de las cuatro informaciones calaron en el sentir y la decisión de los electores para el momento en que se dedican a votar?

Elemental, querido Watson, diría Hércules Poirot.

Por una de las ocurrencias siempre sorpresivas del titular de Interior y Policía, el inefable Franklin Almeyda Rancier, se dispuso mediante resolución resucitar el segmento antidrogas que operaba en la Policía Nacional, que colapsó con el escándalo del coronel Descartes Pérez. ¿O se olvida?

Cierto que el mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, jefe de la uniformada, no es el mayor general E.N. Neit Rafael Nivar Seijas ni el general P.N. Ramón Rodríguez Sánchez, correcto y en extremo amable, se distancia de Descartes Pérez «una barsa».

El asunto es la conducción de las acciones antidrogas, facultad que por ley asume la DNCD y así como se hizo con la Policía, lo propio con todas las instituciones armadas y el DNI, alrededor del director-presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas, mayor general Rafael Ramírez Ferrerias, sin tacha, sin miedo y sin límites para intentar contener lo incontenible del todo.

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