La presencia China en el Caribe no es realmente nueva ni reciente. Empezó hace casi sesenta años cuando Cuba fue el primer país de la región que estableció relaciones con China Popular. Habiéndose puesto de “moda” es mucho lo que se oye decir en estos días sobre el gigante que es ya la economía número uno por tamaño y habrá de convertirse, más temprano que tarde, en la más importante. No pocas veces lo que se oye y se lee tiene una gran carga de improvisación. Para no pocos el establecimiento de relaciones con China ha sido, en buena medida, el descubrimiento de una realidad que, sin embargo, lleva muchos años navegando por las agua del mar Caribe. La relevancia es mucho más significativa que el número de naciones que tienen vínculos oficiales con China Popular o con Taiwán. Circunscribiéndonos específicamente al Caribe insular y demás naciones de CARICOM tenemos que Antigua & Barbuda, Bahamas, Barbados, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, Surinam y Trinidad &Tobago son socios de China Popular, en algunos casos hace casi cincuenta años. Muy pequeñas islas dependientes en buena medida de la economía estadounidense, sin que ningún cataclismo las haya batido como algunos temen que pueda pasarle a la RD, no sé por qué tipo de sortilegio geopolítico.
China es la principal fuente de ayuda para el desarrollo del Caribe tanto en forma de préstamos como de donaciones que se dirigen especialmente a la construcción de infraestructuras y producción de petróleo y materias primas. Tanto los gobiernos locales como el chino visualizan continuas y enormes inversiones en áreas agrícolas, turismo, manufacturas, minería, pesca y grandes infraestructuras. El interés por el Caribe va, o quizás viene, se fundamente, más allá de la escala de las economías regionales, por el posicionamiento estratégico del mar Caribe. Lo mismo que llevó a las grandes potencias de su época, que casualmente también lo son hoy, a guerrear entre ellas desde el siglo XVI. La cercanía y acceso a la costa Este estadounidense es el gran canto de sirena. No para atacarla sino para desembarcar las mercaderías que seguirán llegando no importa las políticas trastornadas que puedan surgir. Por ello han invertido miles de millones en la construcción de puertos profundos en Bahamas y Jamaica. ¿No será una buena noticia para Manzanillo? Cuba, Jamaica, Guyana y Surinam han estado recibiendo cuantiosos recursos especialmente en agricultura, energía, minerales y turismo. El comercio tiene alcance estratégico y ciertamente debemos trabajar en el incremento de nuestra competitividad no solo por el trasiego con China sino por intereses globales. Nuestro déficit con EE.UU. es mucho mayor. ¿Ese no preocupa? Ya los turistas chinos empezaron a descubrir el Caribe. ¿No le vamos a abrir nuestras playas?
Con frecuencia delegaciones oficiales y empresariales chinas, y hasta el Presidente, navegan por las aguas caribeñas. Acaso por prejuicios trasnochados subyacentes debíamos sustraernos a esa realidad. Aun dentro de principios hay que saber ser realista y pragmático. Evidentemente hay mucho por conocer de las potencialidades de China.