Belarminio Ramírez 
Las conductas y acciones de los lideres, partidos y gobiernos sirven para descifrar las estrategias.
El Gobierno de Luis Abinader trabaja para debilitar al PLD y fortalecer a la FP.
El propósito es que el PRM se mantenga con perspectivas favorables para las elecciones del 2024.
Una estrategia similar utilizó Joaquin Balaguer contra el PRD para las elecciones de 1990 y 1994.
Del seno del PRD salió el PRI de Jacobo Majluta.
El hecho de que José Francisco Peña Gómez y Jacobo Majluta estuvieran en boletas separadas, facilitó el escenario para que Balaguer ganara en el 90 y 94.
Ahora, se pone en escena la misma estrategia con actores distintos, pero con resultado positivo en la etapa inicial.
El PRM ganó en el 2020 porque el PLD se dividió. Leonel puso al PLD a perder, y esa es una responsabilidad frente a la historia que no podrá quitarse de encima.
Jacobo Majluta impidió que Peña Gómez ganara las elecciones de 1990. El turco le hizo el juego a Balaguer, y como recompensa terminó reducido a la nada.
El Caudillo reformista, un zorro inigualable en las maniobras políticas, mandaba a sus colaboradores cercanos a que piropearan a Jacobo y lo presentaran como el Balaguer joven.
El turco se lo creyó hasta el punto que se hizo la idea de que sería el candidato reformista para 1994.
Ahora vemos un escenario parecido en que periodistas del PRM en sus análisis dicen que Leonel será el lider de la oposición para 2024. Estos dejan entrever de manera subliminal que si la gestión del PRM fracasa, entonces se inclinarán a favor de Leonel en el 2024, y así le devuelven el favor.
La interrogante del siglo XXI es: “En el 2024 caerá el profesor Leonel Fernández en la trampa nueva vez”.
El PRM procura borrar de raíz los 20 años de gestión de gobiernos del PLD, de los cuáles a Leonel Fernández le corresponden doce.
Los ataques a la imagen de Danilo Medina y Gonzalo Castillo van en esa dirección. Pero, no debemos olvidar que el PRM se consolidó como principal partido de oposición atacando acerbamente a Leonel en la campaña del 2016, a pesar de que el candidato y presidente era Danilo Medina.
Ahora, para los perremeistas, Leonel Fernández es un santo y Danilo es malo.
La estrategia incluye tratar a Leonel de forma sutil, dejándole entrever que el PRM lo quiere como líder de la oposición para el 2024, pero, todo el que tiene algo de inteligencia sabe que eso no va a pasar: La oposición al PRM es el PLD y la comparación del gobierno de Abinader será con el de Danilo.
Quienes articularon la estrategia pretenden ejercer presión al Senado para que despoje al PLD del representante de la segunda mayoría en el Consejo Nacional de la Magistratura y se la otorgue a la FP, aunque el acto implique una violacion flagrante a la Constitución de la República.
El Presidente Luis Abinader es un abanderado del discurso de la institucionalidad democrática, la decencia y la transparencia. Mientras que el Senado está siendo presidido por el ingeniero Eduardo Estrella, un ejemplo de político pulcro y correcto. Ahora, ambos liderazgos tienen un reto: “con su conducta reafirman su imagen o dejan entrever que gobernarán buscando bajaderos, aunque eso implique atentar contra la institucionalidad”.
La estrategia del oficialismo ha sido descifrada temprano, y eso favorece a la oposición. Caerá en la trampa quien quiera caer, pero en el mañana no podrán alegar ignorancia.
