Estrategia Estado, universidad y empresa

Estrategia Estado, universidad y empresa

Reynaldo Peguero

En materia de ciencia y tecnología, sugerimos que el Gobierno del presidente Luis Abinader y el ministro Franklin García impulsen una alianza estratégica entre Estado, universidad y empresa. Se la presentamos al señor ministro para que a su consideración y fines de lugar, fuera uno de sus principales proyectos.

La educación superior, la ciencia y tecnología local, registran 50 altas casas de estudios. 32 universidades, 10 institutos especializados y 8 órganos técnicos. De estos, Santiago acumula 11 universidades y 75 mil estudiantes. Al 2020, el directorio de empresas y establecimientos rastreó 99,990 empresas. Si excluimos el gran Santo Domingo, Santiago es la provincia con más empresas por habitantes, 14 compañías por mil pobladores.

En los pasados 60 años, ninguna autoridad pública pudo alinear universidades y empresas. Son dos sectores poderosos en conocimientos y empleos. Santiago promueve esta alianza como vínculo originalmente conocido como “Triángulo de Sábato”, dado que en 1968 los investigadores argentino Jorge Sábato y Natalio Botana lo plantearon en su artículo “Ciencia y tecnología en el desarrollo latinoamericano”.

Indicaron que “no basta una vigorosa infraestructura científico-tecnológica para asegurar que un país sea capaz de incorporar ciencia y técnica en su desarrollo. Importa transferir a la realidad los resultados de la investigación. Asimismo, acoplar esta infraestructura investigativa a la estructura productiva. En la década de los 1990, los investigadores Loet Leydesdorff y Henry Etkowitz calificaron esta alianza como “la triple hélice de la innovación”.

El programa de Gobierno de Luis Abinader se orienta por cuatro niveles. Empoderar la ciudadanía; impulsar una nueva forma de hacer política; construir nueva dinámica en capacidad productiva y refundar el Estado. En ciencia y técnica, promueve tres políticas: desarrollo institucional de la ciencia y la técnica, fomento de la investigación y robustecer la formación técnico profesional.

Consideramos que en los próximos años de Gobierno se requiere “refundar la República en materia de ciencia y tecnología”. Se impone con voluntad política y recursos frescos, una alianza y programa común entre Estado, universidades y empresas.

Desde 1962, año de la primera iniciativa estatal en ciencia y tecnología, hasta este año, hay seis décadas de gestión. 60 años donde las políticas en esta materia, tuvieron altas y bajas. Se crearon y desparecieron organismos. Desde la fundación del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCyT), la unidad de ciencia y tecnología de la Presidencia y el Fondo Nacional para la Innovación.

También en 1962 nació la PUCMM, primera universidad creada desde que una bula papal de 1538 gestó la Universidad Santo Domingo. Pasaron 424 años para que surgiera otra universidad. La PUCMM, bajo el liderazgo de Agripino Núñez Collado, gestó una alianza innovadora con el sector privado.

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