Estrategia fallida.- Insisten los senadores leonelistas en llamar a “conversar” al Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, sobre su incursión en actividades proselitistas, lo que le prohíbe, argumentan, la Constitución de la República y la Ley Orgánica del Ministerio Público. Esta semana el senador Prim Pujals presentó al hemiciclo, auxiliado de una pantalla gigante, las “pruebas” de que Domínguez Brito está metido de lleno en la promoción de su candidatura presidencial de cara a las elecciones del 2016, enuna caldeada sesión en la que se le pidió abiertamente que abandone al cargo. Si no nos conociéramos, si no supiéramos que esos senadores son los mismos que se prestaron a la mascarada de iniciar una investigación sobre el origen de la fortuna del senador Félix Bautista sin que se sepa en qué concluyó esa pesquisa, estaríamos dispuestos a creer que sus cuestionamientos al Procurador General obedecen a una sincera preocupación por que se respete la Constitución y las leyes. Pero resulta tan claro y evidente que la intención es ponerle una mordaza al doctor Domínguez Brito, evitar que siga adelante con su acusación contra el secretario de Organización del PLD, que lo mas probable es que su esfuerzo tenga el efecto contrario al buscado. ¿Estarían esos senadores tan preocupados por las actividades políticas extracurriculares del Procurador si no estuviera acusando de corrupción y lavado de activos al senador por San Juan? Tanto usted como yo, querido lector, conocemos esa respuesta, como la conoce también el resto del país, lo que simplemente quiere decir que se trata de una estrategia condenada al fracaso en su propósito de desviar la atención de las graves acusaciones de que es objeto el hiperactivo legislador sanjuanero.