El extinto presidente Balaguer usó magistralmente la ignorancia popular para ganar comicios y permanecer en el poder y por eso menospreció el fortalecimiento de la educación y la cultura de la ciudadanía.
El expresidente Hipólito Mejía se congració con las masas populares con su estilo campechano, sus refranes y bromas en público, autoproclamándose como hombre humilde, de palabra (confiable), sin pelos en la lengua y diferente de los políticos tradicionales de su época.
El senador Antonio Marte ganó su curul porque su perfil es semejante al de Hipólito Mejía aunque más regionalista.
Actualmente, algunos neófitos del quehacer político no copian exactamente a los personajes mencionados, sino que publican anuncios afirmando, por ejemplo, que les gusta el “teteo” y la jerga de muchos jóvenes, tratando de atraer esos votos con un “soy como tú, soy tu semejante”, olvidando que es casi la misma forma de buscar votos, pero actualmente sin éxito, porque no son todos los que están ni están todos los que son ya que realmente votarán por el que pague o mienta mejor.