Por: Dr. Juan Carlos Rodríguez Polanco – Nutriólogo clínico/ @Nutriteam
El estrés es una respuesta física, mental y emocional del cuerpo ante situaciones complejas o emocionalmente intensas.
En pequeñas dosis, puede ayudarnos a reaccionar y adaptarnos, pero cuando se vuelve frecuente o intenso, puede transformarse en estrés crónico, afectando seriamente nuestra salud.
Controlar y prevenir el estrés es clave para reducir el riesgo de problemas como hipertensión arterial, ansiedad, depresión, alteraciones del peso corporal, problemas digestivos e incluso enfermedades cardiovasculares.
Estrategias efectivas para manejar el estrés
La buena noticia es que existen acciones sencillas y efectivas que podemos incorporar a nuestra rutina diaria:
- Realizar actividad física: el ejercicio libera endorfinas, que mejoran el ánimo y reducen la tensión.
- Dormir lo suficiente: al menos 7-8 horas de sueño reparador para permitir que el cuerpo y la mente se recuperen.
- Leer o cultivar un pasatiempo: ayuda a desconectarse de las preocupaciones.
- Pasar tiempo al aire libre: caminar, respirar aire fresco y conectar con la naturaleza.
- Fortalecer vínculos sociales: conversar y compartir con familiares y amigos aporta apoyo emocional.
- Cambiar la perspectiva: buscar un enfoque más constructivo frente a las dificultades.
- Mantener una alimentación saludable: una dieta equilibrada favorece la energía y la resiliencia emocional.
- Tomar descansos: hacer pausas durante el día para relajarse.
- Organizar el tiempo: usar agendas o listas para priorizar y reducir la sobrecarga mental.
- Establecer límites: aprender a decir “no” cuando sea necesario.
- Practicar mindfulness o meditación: técnicas que ayudan a centrar la mente y reducir la ansiedad.
- Evitar fumar y el consumo excesivo de alcohol: sustancias que, lejos de aliviar, empeoran el estrés.
Adoptar estas estrategias no solo mejora el bienestar emocional, sino que también ofrece beneficios físicos concretos:
- Fortalecimiento del sistema inmunológico.
- Mejor salud cardiovascular.
- Reducción de dolores musculares y tensiones.
- Mejor digestión y aprovechamiento de nutrientes.
- Incremento de la energía y la vitalidad diaria.
El manejo del estrés no es un lujo, sino una necesidad para mantener una vida plena y saludable. Al incorporar pequeños cambios en la rutina, es posible mejorar la calidad de vida, prevenir enfermedades y disfrutar más de cada día.
La invitación es clara: comienza hoy a aplicar estas estrategias y regálate el bienestar que mereces. Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a: sodonuclim@gmail.com/@sodonuclim.