La estrategia del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) está regida por los resultados de las elecciones congresionales y municipales de hace cuatro años, con atención especial a las seis provincias donde ganó el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), con la ventaja de haberse adicionado ahora al Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).
Los comicios del 2006 se decidieron por menos del 1% en cinco provincias, y en 8 municipios por menos de 50 votos, lo que originó un número de impugnaciones sin precedentes, que en ningún caso cambió los resultados, pero las grandes urbes se decantaron a favor del partido de Gobierno.
Provincias privilegiadas
No es por accidente que la inversión y planes sociales del Gobierno han priorizado en los últimos tiempos a las provincias de San José de Ocoa, Dajabón, Azua, Espaillat, El Seibo y María Trinidad Sánchez. Esas fueron las que ganó el PRD en las anteriores elecciones congresuales y municipales.
No hay dudas que la estrategia peledeísta está centrada en reducir lo más posible la representación perredeísta, tal vez pensando en vengar la barrida de 2002, cuando el ahora partido opositor ganó en 29 de las 32 provincias, dejando al PLD con un solo senador, José Tomás Pérez en el Distrito Nacional, y al reformismo La Altagracia y San Pedro de Macorís. En 1998, el PRD había ganado 24 provincias, la misma suma que obtendría el partido morado en 2006.
Al analizar los resultados de 2002 a favor del PRD, se estimó que habían sido fruto de una desconcentración de la inversión pública en beneficio de las provincias, a lo que se atribuyó en parte su derrota en el D.N. y los estrechos márgenes con que ganó en Santo Domingo y Santiago. Pero también el abuso de recursos estatales marcó diferencias en provincias donde apenas cientos de votos pueden ser la diferencia.
Un analista de datos cercano al Gobierno confirma que los resultados de los últimos comicios han sido diseccionados, por asesores del PLD y del presidente Fernández, determinando inversiones públicas y el esfuerzo de campaña. De lo que no está seguro es si también han tomado en cuenta que la barrida de 2002 fue lo que hizo creer a los perredeístas que tenían para siempre el dominio del Estado y lanzó a Hipólito Mejía al intento reeleccionista que resultó en fiasco. Desde el año pasado se ha venido advirtiendo que el Gobierno ha centrado inversiones en las provincias perredeístas en las que ha sido repetida la presencia del Presidente.
Se hizo patente en arreglo de calles y carreteras, construcción de polideportivos y escuelas, instalación de centros de informática, en programas contra la pobreza y más recientemente con las 28 cocinas de distribución de alimentos, de las cuales 4 fueron concentradas en Ocoa y Dajabón, aunque son de las provincias de menor población. Esas cocinas móviles que debutaron en enero con la tragedia de Haití, fueron adquiridas precisamente para sacarle rentabilidad política en el período preelectoral. Muchas de las denuncias sobre el uso de los programas sociales e inversiones estatales proceden de las provincias perredeístas, incluídas las referentes a Oficina Supervisora de Obras del Estado, planes sociales de la Lotería, Plan Social de la Presidencia, Obras Públicas y otras.
PLD en grandes urbes
Desde el 2002 el PLD se ha venido fortaleciendo con el voto de las grandes concentraciones urbanas del país, tendencia que se afianzó en los anteriores comicios de medio término, cuando ganó con ventaja superior al 16% en la provincia de Santo Domingo, el Distrito Nacional y San Cristóbal y por más de 8% en Santiago, Puerto Plata, Duarte y San Juan. De las 10 provincias mayores sólo perdió en Espaillat y La Vega, por 3.20 y 0.46%, respectivamente.
La mayor ventaja del PRD hace 4 años fue obtenida en San José de Ocoa, donde alcanzó el 62% de los sufragios válidos, la mayor proporción provincial en esa elección, con fracción del 1% más que el PRSC en La Altagracia. La siguiente ventaja perredeísta fue en Dajabón con el 53%, 7 puntos por encima del PLD.
Azua fue la tercera mayor ventaja del PRD, con la mitad de los votos y 4.57% sobre su competidor. En Espaillat y El Seibo se impuso con ventaja sobre el 3% y en su tradicional feudo de María Trinidad Sánchez ganó apenas por 165 votos y con una diferencia de 0.29%. Al analizar los resultados anteriores, como premisa para otear una perspectiva el mes próximo, nadie debe olvidar que hace 4 años el PRD pudo sumarse los votos del PRSC, que ésta vez irán hacia el PLD. En la votación congresional el reformismo consiguió el 10.96% y 12.8% en la municipal. Su peso seguiría cayendo en las presidenciales del 2008 cuando no pudo alcanzar el 5%. Pero si se hubiese restado ese 5% al PRD y sumado al PLD en 2006, el PRD habría obtenido sólo la senaduría de Ocoa. Y sumando la votación colorada de 2006 a los morados dejaban a los perredeístas sin banca senatorial.
Las pequeñas diferencias
Nadie debe dudar que el usufructo del poder y el abuso de los recursos estatales en las campañas seguirán siendo importantes en los resultados provinciales y municipales, donde una o dos acciones gubernamentales, la distribución de algunos millones de pesos en alimentos, electrodomésticos o efectivo y hasta la recurrente compra de votos o alquiler de cédulas, pueden ser determinantes. Ya en 2006 las elecciones se decidieron por menos del 1% en 5 provincias y en otras 3 por menos del 3 por ciento. Decenas de municipios fueron ganados por esos pequeños márgenes. En 7 por 20 o menos votos y en 10 por menos de 100. El estrecho resultado originó impugnaciones en más de la mitad de los municipios, lo que en muchos casos obligó a las juntas electorales a revisar los votos nulos durante varias semanas. En otros no se hizo dejando inconformidades. Se dictaron rectificaciones que en ningún caso variaron el ganador del cómputo provisional en un municipio y menos en alguna provincia.
Un factor que pudo haber decidido en los municipios de menor población fue el traslado de electores desde grandes concentraciones urbanas, planificados y realizados antes del cierre del padrón electoral. Pero este año la JCE puso límites a esa práctica revocando más de siete mil, después de comprobar que no eran residentes de las circunscripciones a donde cambiaron su empadronamiento. Esta vez tendrá un peso mayor la incidencia de los programas de subsidios y el asistencialismo a los más pobres implementados en los últimos años y que eran incipientes todavía en los comicios de 2006. Ya suman 525 mil los que reciben 700 pesos mensuales a través del Programa Solidaridad, de los cuales 61 mil fueron incorporados en los últimos meses. Otros 207 mil reciben RD$150 por incentivo a la escuela, 74,990 reciben RD$400 para suplemento alimenticio y 757 mil reciben el Bono Gas de RD$228.