Si nos vamos a un promedio de puntuación tendremos que reconocer que esta es una de las mejores semanas de estreno que hayamos tenido en mucho tiempo.
Funcionando ya a plenitud las dos salas de cine alternativo y contando desde hoy con la presencia en cartelera de filmes como La vida de los otros, Después de la boda y El guerrero pacífico, la depresión del cinéfilo luce como algo del pasado.
Además los estrenos comerciales, El misterio de las estrellas (Stardust) y 30 días de noche (30 days of night) han recibido en el extranjero apoyo de la crítica y del público.
Ningún espectador, por descerebrado que sea, va a salir insatisfecho de cintas como La vida de los otros o Después de la boda, ya que ambas poseen las suficientes cualidades como para gustar por igual al público que simplemente acude a la sala para que le cuenten una historia como al que busca un placer artístico e intelectual.
Al igual que escribimos la semana pasada, les repetimos ahora que estas dos películas figuran en lugares cimeros dentro de lo mejor que exhibieran nuestras salas durante el año que empieza a concluir.
ESTRELLAS Y FANTASIA
Esos mundos mágicos donde habitan desde hadas hasta hobbits han llenado las pantallas con mucha asiduidad, logrando su gran momento de esplendor con la saga de El señor de los anillos, aquella gigantesca obra de Tolkien que de forma tan extraordinaria adaptara Peter Jackson. Desde luego que antes, mucho antes, tuvimos mundos mágicos en el cine, que conocimos con Dorothy, el espantapájaros, el hombre de hojalata y el perro de nombre impronunciable en esta media isla, la tierra donde habitaba el Mago de Oz, que nos fuimos también a Wonderland con Peter Pan, Wendy, Campanita y hasta con el Capitán Garfio, que hemos asistido a rescates de princesas por valerosos príncipes que no temían desafiar las llamaradas de los dragones, que hemos estado en otros planetas, en otras galaxias y en otras constelaciones. Después nos hemos metido en armarios que nos han llevado a Narnia y hemos cruzado el puente de Terabhita.
Todavía, hace muy poco tiempo, conocimos a un niño que era el último guerrero destinado a combatir a las fuerzas de la oscuridad y que era capaz de viajar en el tiempo y en el espacio buscando, y encontrando, los seis signos de la luz.
Ahora nos vamos a otro mundo de magia y fantasía en busca de una estrella fugaz con la que complacer a la novia del protagonista.
Eso sucede en Stardust, uno de los estrenos de esta afortunada semana.
Aunque en el cine hemos tenido casos excepcionales de vampiros que desafían la luz, lo cierto es que tradicionalmente estos seres detestaban a la claridad tanto como a la cruz y a las ristras de ajo.
Podrán llenarse las pantallas del mundo de todo tipo de seres con colmillos y ávidos de sangre, pero estamos seguros de que ninguno de ellos podrá superar al auténtico, al Conde Drácula, al que tenía rostro de Lugosi, de Lee o de Carlos Villarías. Ni tan siquiera el afamadísimo Nosferatu de Herzog, por mucho miedo que nos meta con sus uñas afiladas y su rostro sibilino, lo puede hacer destronar. Sea como sea, nos encantan los vampiros, esos que son capaces de ponernos los pelos de punta y la carne de gallina, esos que huelen a cementerios de la casa Hammer, a pálidas apariciones de castas doncellas, ayer tan inocentes e ingenuas y hoy tan atrevidas y sedientas de sangre y otros fluídos. Detestamos, por el contrario, a los Van Helsings deformados y a los Condes remozados, aunque lleven la firma de Coppola.
Ese no es ni nuestro miedo ni nuestra carcajada.
Que nos dejen con el Santo Enmascarado, campeón dentro y fuera del ring, con sus murciélagos movidos por hilos presuntamente invisibles, que el miedo ante lo desconocido debe cargar también con una buena dosis de ingenuidad.
30 DIAS DE NOCHE
(Título original: 30 days of night, Dir: David Slade, Int: Josh Harnett, Melissa George, Danny Huston, Ben Foster, Mark Rendall)
Estos vampiros modernos se inventan cosas con las que nunca hubiera soñado Brad Stocker. Ahora se han apoderado de un pueblecito de Alaska que vive en la oscuridad durante todo un mes.
El terror resulta indescriptible para los ciento y tantos habitantes del lugar.
Luchar contra los vampiros parece una causa perdida.
Aún así, siempre aparece un héroe dispuesto a sacrificarse que va a inmolarse por la causa y a lograr uno de los más hermosos finales que Hollywood nos ha dado en años.
Bien realizada y capaz de producir los suficientes sobresaltos.
Recomendable para todos los amantes del género.
Calificación: 3 (Buena)