Estrés laboral: cómo mantenerlo a raya

Estrés laboral: cómo mantenerlo a raya

Entre los factores que más influyen en que aparezca el estrés laboral se encuentran desde el contenido del trabajo hasta la carga psicológica que implica la autonomía para organizar el tiempo, los estilos de mando, la definición de funciones o las posibilidades de participar en la organización.

Entre sus síntomas más frecuentes figuran los dolores de estómago y músculos, los trastornos cardiovasculares, los olvidos, la falta de concentración, las dudas e incapacidad para decidir, y la baja autoestima, además de cambios de conducta, como la irritabilidad en el hogar y el trabajo, problemas para conciliar el sueño, trastornos alimenticios, dietas desequilibradas, y el consumo excesivo de tabaco, alcohol o fármacos.

Según el psicólogo clínico Andrés Gento Rubio, el estrés “es un problema muy frecuente en el mundo laboral y consiste en una respuesta integral del individuo para intentar adaptarse a los estímulos que le rodean”.

Pueden ocasionarlo desde factores físicos, como la mala iluminación, el ruido excesivo, las altas o bajas temperaturas, hasta la manipulación de elementos químicos, la carga mental excesiva, las jornadas inadecuadas, el salario, la inseguridad o los problemas en las relaciones con los superiores o los compañeros.

Para prevenirlo, Gento recomienda evitar llevarse el trabajo y las preocupaciones laborales a la casa, e intentar desconectar, manteniendo otras actividades que nos diviertan, enriquezcan y produzcan bienestar, cuando concluya la jornada laboral.

También sugiere “hacer ejercicio físico regular, porque mejora el rendimiento físico y psíquico, así como el sueño y la tensión arterial, además de planificar las tareas adecuadamente, estableciendo las de mayor carga de trabajo al comienzo de la jornada y cumpliendo periodos de descanso”.

Asimismo, el doctor Antonio Cano Vindel, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), propone una serie de normas básicas para la prevención de problemas de ansiedad y estrés en el trabajo:

 Mantenga una dieta saludable

Coma sano, evitando las comidas que sobrecargan el organismo con digestiones pesadas o conducen a la obesidad o el colesterol elevado. Además, conviene usar el tiempo de comer como momento de descanso y ruptura con nuestras actividades profesionales, aprovecharlo para hacer vida social y familiar, y no abusar del alcohol en las comidas.

Descanse y disfrute lo suficiente

Intente dormir en torno a ocho horas, tomarse vacaciones y fines de semana como tiempo de ocio y relax, y fomentar las relaciones sociales como alternativa al trabajo.

 Organice su tiempo y actividades

Establezca horarios, para poder descansar, no estar preocupado, ni sufrir continuos sobresaltos u olvidos importantes. Evite llegar tarde a las citas, contando con los pequeños retrasos habituales, establezca prioridades, seleccionando las actividades más importantes cuando no pueda hacer todo.

Aprenda a solucionar y decidir

En vez de dejar pasar los problemas, afróntelos decidiendo qué es lo mejor en cada caso. Tome sus decisiones siguiendo un proceso lógico: planteamiento del problema, análisis de las alternativas, pros y contras, y elección de la opción menos mala. Una vez que decida algo evite dar marcha atrás y rumiar continuamente si ha decidido bien o mal, ya que ello sólo produce ansiedad y estrés.

 Refuerce su autoestima

Si ha hecho bien una cosa, reconozca su propia autoría y felicítese por ello, ya que no ha sido la suerte, sino su esfuerzo y capacidad, los que le han conducido al logro.

Cuando haya hecho algo mal, no rehúse su responsabilidad o la atribuya a los demás o factores externos: reconozca que ha actuado mal en esta ocasión determinada, analice sus errores y dispóngase a corregirlos, sin culpas, ni pensamientos negativos sobre usted mismo. Siempre es mejor quererse y tratarse bien a uno mismo.

 Cultive sus relaciones

Refuerce las conductas positivas de las personas de su entorno más cercano (pareja, amigos, compañeros, familiares), prodigándoles aprobación, halagos, sonrisas y pequeños detalles, que en definitiva suponen distintas manifestaciones de afecto.

Corrija las conductas negativas de sus personas cercanas, proporcionándoles la información a tiempo y si es necesario su desaprobación, pero sin broncas, culpas, ni castigos.

Evite sacar a relucir continuamente los problemas del pasado o las culpas ajenas, procurando perdonar a los demás.

Y recuerde que una pareja en crisis intercambia muchos castigos (“golpes”) y pocos refuerzos (“caricias”) psicológicos y emocionales, justo lo contrario de una pareja sin problemas. EFE-REPORTAJES

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