Para que un cultivo se establezca con buenos resultados en un país y en este caso, el arroz en la República Dominicana, se requiere un largo tiempo. Aquí tenemos toda una cultura arrocera que se ha construido a través del tiempo, a base de investigaciones y esfuerzos de autoridades y productores. Esa cultura está amenazada por el Tratado de Libre Comercio, firmado entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta), que tiene fecha para liberar de aranceles las importaciones de arroz (en 2025).
Los productores de ese cultivo han estado levantando la voz de alarma para que se modifique esa liberación que los perjudica, no por las importaciones en sí, sino por las partidas que pueden entrar al país de productores subsidiados por Estados Unidos. Así, ningún productor local podría competir debido a que no habría competencia leal.
Algunos dicen que a los arroceros dominicanos se les hizo tarde para pedir que se modifique el DR-Cafta en lo que respecta al arroz. Desde hace varios años este país es autosuficiente en la producción de arroz y en otros cultivos agrícolas y pecuarios.
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Tremendistas
Nunca faltan algunos liberales tremendistas que sostienen que los consumidores del país comerían arroz más barato, si se importa libremente, sin aranceles. Entendemos que todo el que piense así, está equivocado debido a que eso puede ocurrir en un momento determinado, pero cuando se presentan los problemas, como la pandemia del covid-19, muchos de los productos, en especial los agropecuarios, escasearon en varios países, pero aquí no.