Estuardo Maldonado, maestro ecuatoriano que recuerda a Santo Domingo

Estuardo Maldonado, maestro ecuatoriano que recuerda a Santo Domingo

POR MARIANNE DE TOLENTINO
Finalizaba el año 1985, y en Santo Domingo se celebraba el Primer Simposio Iberoamericano de Escultura. Entre los invitados más destacados se encontraba el ecuatoriano Estuardo Maldonado, que, en la solicitud de los materiales con los que pensaba trabajar, indicó que «preferiría acero inoxidable».

Él deslumbró a todos, incluyendo a la severa crítica de arte mexicana Raquel Tibol, entusiasmada por su participación y aquellas «joyas escultóricas de un geometrismo lírico en plenitud».

Menos de una década después, el maestro ecuatoriano volvió a Santo Domingo y en 1994 presentó dos muestras individuales, dibujos y pinturas. No son pocos los que aquí recuerdan sus obras de luz, colores y formas, confiriendo al metal calidad y calidez insospechadas. ¿Quién no quisiera redescubrir a un artista estupendo, que además conquistó a todos por su afabilidad?

Una exposición de Estuardo Maldonado sella la memoria, deja huellas profundas, y, si se es artista visual, provoca el deseo de convertirse en discípulo aprovechado. Nadie como Estuardo ha sintetizado en un soporte el dibujo, el grabado, la pintura, la escultura. Nadie como él ha presentido el espacio virtual, concretando en obra de arte la intuición del aceleramiento tecnológico y el vértigo del infinito. ¡Casi doce lustros de dedicación e investigación han transcurrido desde los primeros brotes de una vocación incontenible!

La exposición antológica

En el Museo de Antropología y Arte Contemporáneo de Guayaquil, institución bajo la égida del Banco Central del Ecuador, de arquitectura contundente, la parte más prestigiosa –de hecho una inmensa secuencia de espacios- es la llamada Sala Autoral, solamente atribuida a los grandes maestros a manera de Homenaje. Estuardo Maldonado tuvo el honor de esta atribución, y exhibe allí por varios meses, unas 200 obras –pinturas, dibujos y esculturas-, realizadas con  una virtuosidad técnica inverosimil, al mismo tiempo testimonios de coherencia y persistencia creativas sin fallas. El Presidente Constitucional de la República del Ecuador, doctor Alfredo Palacios, inauguró la exposición, una marca muy especial de afecto y consideración: cabe señalar que el propio artista explicó sus obras, una a una, al mandatario, obviamente fascinado.

Un equipo de profesionales distribuyó y colocó las piezas, con un criterio a la vez histórico y analítico, obteniendo una museografía clara y diversificada, con señalamientos didácticos y frases del artista. La exposición finaliza con series de esculturas policromadas en metal, mientras, en el gran hall exterior de altísimo plafond, los «hipercubos» e «hiperesferas», la más reciente investigación de Maldonado, suspendidos en el aire, parecen ignotos planetas de colores.

En todo el recorrido, se ha puesto un cuidado especial en la iluminación, y cada obra, bi o tridimensional, se destaca en la pared, el panel o el pedestal. Un bello catálogo se ha publicado, y un servicio de jóvenes guías, especialmente entrenados, orienta a los visitantes, atendiendo especialmente a los grupos escolares. El itinerario plástico de Estuardo Maldonado, a pesar de ser muy atractivo, se aprecia todavía mejor con explicaciones sobre concepto, técnicas e investigación.

Una obra apasionada

La pasión de buscar, impulsiva y metódicamente, ha dirigido los pasos desde la adolescencia y las primeras clases de la academia hasta el día de hoy y la fuga hacia los «hiperespacios”. Estuardo Maldonado, busca obsesivamente hasta encontrar, una suerte  de profesión de fe que no se ha cansado de afirmar en obras y en palabras. ¡Él expresa un desafío permanente, ante sí mismo y los demás!

Si el artista se ha vinculado con las vanguardias tradicionales del siglo XX y las últimas especulaciones científicas, observamos que él ha sabido integrarlas armoniosamente, y el flujo de elementos tan diversos trascendió  en una síntesis y recreación identitaria. Su personalidad plástica se ha forjado mediante una extraordinaria capacidad de asimilación y metamorfosis, y ello desde el comienzo de la residencia en Italia, cuando se adueñó de los modernismos europeos. Volviéndolos embriaguez de líneas y efectos ópticos, anunciando los grandes hallazgos de los 70, había empezado la experimentación sobre el espacio y el tiempo. Más allá de una reelaboración de recetas recibidas, las ha ido convirtiendo en su propio sistema constructivo, de valores y estructuras. Dentro de una rigurosa disciplina y haciendo un llamado a la imaginación del espectador, él ha trazado un universo personal en base al Universo..

En su ruta estelar, Estuardo Maldonado ha emprendido un proceso de sublimación, de continuidad ascendente, más que de ruptura: hombre, tierra, signo, cosmos. Ha indagado nuevos planteamientos espaciales y puesto a ejecución una concepción intuitiva y mítica, culminando en el Dimensionalismo, teoría y práctica que él ha inventado, llegando a construir hasta ocho dimensiones.

Por otra parte, nadie evita el estremecimiento al comprobar la analogía entre las experimentaciones últimas del artista contemporáneo y los testimonios geométricos –adrede expuestos en la muestra- de la cerámica de la más antigua cultura ecuatoriana. Dice el crítico de arte Lenín Oña: «La más grata de las sorpresa se llevó Estuardo Maldonado, pocos meses atrás, cuando encontró en Valdivia tiestos decorados con diseños reticulares en relieve, formalmente afines a las mallas tridimensionales que utiliza en los que denomina hipercubos, su obra de más reciente data». Estuardo Maldonado nunca perdió en su creación el contacto con la tierra ecuatoriana, que él sigue recorriendo y explorando.

El Signo hasta Hoy

Hace 40 años, un famoso signo hizo su aparición, reiterada, prolongada, obsesiva. Este diseño, cual un sello del artista, ha sido muy bien estudiado, y el propio Estuardo Maldonado lo ha definido enfáticamente: «Mi obra está basada en un signo entendido como «módulo», en forma de una «S» angular, formado de líneas verticales y horizontales. Es un signo ancestral y significa vida y muerte.» No se limita a una marca gráfica, a una suerte de logo, descansa en un sustrato psicológico, emprendiendo una metamorfosis paulatina y conservando una presencia invisible, como sucedió con la naturaleza, que no dejó de inspirar al artista..

El historiador del arte Guido Montana ha definido con gran claridad el origen y esencia del signo: «Ese signo introduce al significado simbólico de la vida y de la muerte. La vertical (vida), la horizontal (muerte). Dos ideas gráficas que se identifican, se funden, creando la continuidad del ser, la vida sube, la muerte alinea y nivela, y todo comienza de nuevo.» He aquí una marca emblemática y un ideograma. Al mismo tiempo, tiene un alcance sinestésico. No resistimos a leerlo en voz alta, «S, ese, s-e», y se superpone con Estuardo, identitario, visual y conceptual a la vez. Ha sido, escultura, escultopintura, pintura, gráfica evidentemente.. Y el título de esta exposición, «Dimensiones» lo pone tipográficamente de manifiesto, con una S enfatizada dentro de la palabra: «dimen-S-iones».

El maestro ecuatoriano es de los muy pocos abstractos geométricos, cuya obra exhala lirismo y hasta onirismo. Los inefables efectos ópticos, la insuperable riqueza del color, el centelleo de la luz vibran, laten, vitalizan una superficie fría, inanimada, dura por naturaleza, producida por una técnica inflexible.

A decir verdad, sería muy difícil, en un texto corto, separar lenguajes, expresiones, categorías en la producción artística de Estuardo Maldonado. Hablar de entidades gráficas, pictóricas o escultóricas, en base a los materiales y técnicas que él ha utilizado, también reduciría las dimensiones de la obra. Al abordar de nuevo su trayectoria creadora, después de un largo silencio, al mirarla en esta exposición retrospectiva la sentimos y percibimos como totalizante y comprometida. ¿Cómo valorar, sino en conjunto, las combinaciones deslumbrantes de los Aceros inox-color, de los Hipercubos e Hiperespacios, hoy desplegados en una sola gran muestra? 

Definitivamente, Estuardo Maldonado es un virtuoso de la materia y la luz, del espacio y el tiempo. ¡Ojalá exponga de nuevo en Santo Domingo!

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