El Cerrito- El Seibo.-

En pleno siglo 21, en el que grandes edificaciones, lujosos vehículos y la llamada era de las Tecnologías de la Información y la comunicación (TICs) se apodera de las metrópolis, en la comunidad El Cerrito, en El Seibo, los estudiantes se trasladan al centro educativo, ubicado a unos 20 kilómetros, en burros y caballos.

El deseo de aprender y superarse sobrepasa cualquier obstáculo, afirma Luis Miguel Leonardo Guerrero.

“Vivo lejos y el camino es malo”, recalcó.

Desde la montaña, por las malas condiciones de los caminos vecinales, y tras cruzar un pequeño río sin badén, estudiantes del centro educativo El Cerrito llegan a sus aulas montados en este medio de transporte que aparcan en la escuela que funciona en la modalidad de jornada extendida.

La matrícula estudiantil es de 106 alumnos. La mayoría recorre diariamente entre 5 y 10 kilómetros a bordo del animal por el difícil acceso.

Otros son transportados en motocicletas y pasolas.

Bendición. Marisol Guerrero De los Santos, subdirectora del centro educativo, explicó que los estudiantes son de clase media baja, pobres y muy pobre, pero su deseo de superación les motiva “a echar hacia delante”.

Precisó que el programa de jornada extendida ha sido una bendición, ya que les ofrece una serie de facilidades que ayuda a los padres a reducir costos en la casa, además de que la carga académica es de mayor calidad. La situación de la comunidad, considerada una de las más pobres del país, forma parte del contenido de la revista institucional del ministerio de Educación, en su edición número 1, correspondiente al mes de abril.

De acuerdo al reportaje publicado en las páginas 48 y 49, “el ministerio de Educación no escapa ni esconde estas realidades que día a día trata de resolver”.

“Los estudiantes dominicanos no cejan en sus esfuerzos por hacerse profesionales, teniendo como motivo principal el alejarse de la pobreza y ayudar a sus familiares a tener un mejor porvenir”, indica la publicación.