Amelia siempre tuvo calificaciones sobresalientes, siempre… hasta que la pandemia trajo la educación a distancia, de forma brusca y con todas sus dificultades.

Estudiar con escaso o ningún contacto físico con sus compañeros, el cese de las actividades extracurriculares y otros factores derivados del confinamiento replican en el desempeño de estudiantes meritorios desde el inicio de la enfermedad y hasta ahora.

La neurosicóloga Eridania Rodríguez define estas circunstancias aptas para fortalecer el aspecto emocional de los niños y adolescentes, lo que fomentará su rendimiento académico.
Labor que ha de ser mancomunada entre la familia y los profesores. Deben expresarles que su amor, su aprecio, no será afectado por las calificaciones, más, si son niños disciplinados, responsables. Este gesto de cariño les quita presión y les ayuda a sentirse apoyados.

Expone que las necesidades de aprendizaje son una dentro de las muchas como comunicación, afecto, pertenencia, diversión, descanso, alimentación.
“Si tomamos en cuenta que estamos en un tiempo donde la salud física y mental de muchas personas se ha visto afectada como resultado de la pandemia, podemos reducir las exigencias y las expectativas impuestas en el área de la educación y mirar de forma integral las necesidades de nuestros hijos”, esgrime.

Docentes más considerados. El pedagogo Hermes de Paula sustenta que frente a las bajas notas de alumnos excelentes al final del ciclo pasado, los profesores debieron considerar las obtenidas antes de la implementación de las clases virtuales y alerta que la situación puede ser arrastrada por largo tiempo, si no hay orientación.

Amén de que “la evaluación cuantitativa siempre ha dejado huellas en el estudiantado, además de que no arroja resultados para valorar el desarrollo cognitivo y el desempeño en situaciones futuras”.

Al evaluar, precisa, hay que ver aspectos que pueden perjudicar a los alumnos. Dependerá de la capacidad metacognitiva. No ser valorados como merecen puede desmotivarlos e incluso, desequilibrar su estado emocional.

¿Cómo deben los docentes reaccionar ante esta situación? Responde que una de las principales tareas es conocer la realidad en la que vive cada escolar. Recuerda que enseñar en tiempo de pandemia reta a la comunidad educativa.
Sus explicaciones indican que la mayoría de los estudiantes no asimila esta modalidad, y es notorio tanto en las clases televisadas como en las digitales, que los profesores tampoco estaban preparados.

Por esto entiende que lo ideal es adaptar las prácticas pedagógicas a la enseñanza en entornos virtuales, seleccionar contenidos pertinentes y actividades propias de este sistema y eso debe abarcar los instrumentos y técnicas de evaluación, porque los facilitadores usan estrategias que pueden ayudar en el aula, pero no ahora.