Para muchos el reloj marcaba únicamente la hora de almorzar en el comedor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Sin embargo, el panorama cambió cuando algunos comenzaron a producir el ritmo de la democracia nacional por medio de su instrumento típico: «la cacerola».
En fracciones de segundos, la multitud que se encontraba en este lugar se unió a esta protesta pacífica, que desde hace días ha sido empleada por dominicanos, sin importar si se encuentran en esta isla, pues desde otros países muchos se han unido.
Los empleados no se quedaron fuera. Estos se unieron y con sus cucharones en manos comenzaron a emitir este «sonido» al golpear el mostrador y otros instrumentos de la cocina.
Los estudiantes, por su lado, utilizaron sus propias manos para producir este estrépito, así como platos, vasos, cucharas y cualquier otra herramienta que tuvieran cerca.
El «Cacerolazo Nacional» busca exteriorizar el descontento de la población dominicana por las pasadas elecciones municipales, las cuales fueron suspendidas, tras fallo en voto automatizado.
Esta forma de protestar, al igual que los encuentros que cientos de jóvenes han realizado en las afueras de la Junta Central Electoral (JCE), pretende, por otra parte, exigir al Gobierno que se realice una investigación que arroje explicaciones sobre qué pasó el pasado 16 de febrero, así como determinar los responsables de lo que llaman como «sabotaje electoral».