Mientras la empresa Pablo Yarull, que remodela la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) dio garantías ayer de que tendrá listas 13 aulas en el plazo establecido de 15 días, cientos de estudiantes y profesores, con asignación de sesiones de clases en el deteriorado e intervenido edificio, continúan desubicados, reciben e imparten docencia a la intemperie, en escaleras, en gradas, debajo de un árbol y en bancos.

Es común ya ver a los docentes con sus estudiantes detrás, en busca de un espacio digno para dar las clases. La profesora de la asignatura Introducción a las Ciencias Sociales, Teresa Espinal se reunió la mañana de ayer con los estudiantes en la parte frontal del edificio de la Facultad de Humanidades, para coordinar con ellos dónde impartiría la docencia. Dijo a esta redactora que “invadirán” una de las aulas de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, “o de lo contrario, nos iremos debajo de un árbol”.

Los educadores buscan fórmulas para no perder clases, que ya van por segunda semana que debieron iniciar. El profesor de Letras, Facundo Acosta manifestó que se debió evitar que cada maestro busque su propia solución al problema, generado por la remodelación de la Facultad de Humanidades, sin que hubiera previa una planificación.