Estudio  del BID alerta  turismo del país comienza a dar signos de agotamiento

Estudio  del BID alerta  turismo del país comienza a dar signos de agotamiento

El turismo en la República Dominicana ha comenzado a dar signos de agotamiento, debido al  incremento “muy moderado”  de turistas que llegan al país, la disminución paulatina de la estancia promedio y la reducción del gasto de los visitantes, que  es bajo comparado con otros destinos competidores.

Así se destaca en el estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) “La ruta hacia el crecimiento sostenible en la  República Dominicana”, que cita cifras del Banco Central de los últimos años y que sitúan la estancia promedio en nueve noches y el gasto en 102 dólares por turista.

El estudio establece que  más allá de los factores exógenos de naturaleza económica, esta falta de dinamismo parece deberse al control monopolístico de la oferta por parte de los operadores turísticos, a la homogeneidad del producto y a la escasa diversificación de la oferta, al deterioro del entorno  de los destinos,  a la falta de integración de la cultura local, a la tendencia a competir cada vez más en precios,  la fuerte carga y deterioro medioambiental.

Desordenado. El informe señala además que el crecimiento del sector turismo en el país ha sido desordenado debido a la ausencia de un plan  de ordenamiento territorial y de zonas turísticas y  de estrategias para el sector.

Destaca además que  las infraestructuras de apoyo a la actividad turística  presentan importantes contrastes, pues mientras que los puertos, aeropuertos, autopistas y carreteras han alcanzado importantes niveles de desarrollo, las carencias más serias se encuentran en la infraestructura de saneamiento.

 Cita que en términos generales, las inversiones en infraestructuras de servicios básicos en zonas turísticas (acueductos, plantas de tratamiento de aguas servidas, y de  desechos sólidos) han sido insuficientes y que  ha habido una escasa capacidad para supervisar el cumplimiento de las leyes, especialmente, en lo relativo a la protección del medio ambiente.

Indica que el sector privado también ha demostrado, en general, una visión de corto plazo, pues no ha integrado suficientemente la sostenibilidad ambiental y social en sus operaciones.

“El resultado final ha sido un gran costo medioambiental y social que se ha multiplicado en los últimos años. Como ya advirtió en 2005 el Informe de Desarrollo Humano del PNUD, el turismo en la República Dominicana se encuentra en una encrucijada, pues si no se modifica, se agota”, establece el BID.

Sostenibilidad ambiental en un hilo

El informe enfatiza  que el impacto de la política medioambiental en el  turismo ha ido en aumento desde el hito que supuso la aprobación, en el año 2000, de la Ley de Medio Ambiente (64-00)  que  otorga al Ministerio de Medio Ambiente la facultad de aprobar los estudios de impacto ambiental presentados por los proyectos, así como la responsabilidad de garantizar que ningún proyecto de infraestructura sea aprobado dentro de las áreas protegidas o parques nacionales.

No obstante, el estudio indica que ha habido importantes retrocesos y la situación actual es de impasse, ya que en el cumplimiento de garantizar la sostenibilidad medioambiental del sector turismo, Medio Ambiente  se ve obstaculizada tanto por la falta de voluntad política y de colaboración de otros órganos del gobierno como por su debilidad institucional y por la escasez de recursos financieros y humanos para aplicar las normas medioambientales existentes.

El informe mencionar que el principal retroceso medioambiental ha venido de la mano de la Ley Sectorial de Áreas Protegidas (202-04) que contradice el espíritu de la ley ambiental y Nº 202-04, destruye áreas protegidas y recalifica otras, “intentando que su calculada ambigüedad permita el desarrollo de algunas de estas áreas con fines turísticos y/o inmobiliarios”.

Cita  el caso de la reserva de vida silvestre Laguna Redonda y Limón, próximo a Miches, donde la playa y zonas de manglares entre esta y las lagunas han sido extraídas de la reserva protegida. “Precisamente es en esta área donde inversores extranjeros pretenden desarrollar dos complejos turísticos”.

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