El índice de pobreza en el país ha aumentado en los últimos tres años entre 16 y 20 por ciento, afirmó ayer el economista Miguel Ceara Hatton, director de la Oficina de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Ceara Hatton recordó que hasta el año pasado, el nivel de pobreza del país estaba entre 38 y 40 por ciento.

Ceara Hatton está en el proceso de análisis y de investigación para el informe de desarrollo humano para el PNUD, sobre lo que ha pasado en la nación en los últimos tres años, el cual estará listo en septiembre próximo.

Dijo que hay unos datos preliminares de lo que ha ocurrido en esos tres años, de los que añadió que no está diciendo nada nuevo, por el hecho de que haya habido inflación, devaluación y de que el Producto Interno Bruto (PIB) se haya reducido en el 2003 y 2004, lo que a su juicio, son claros indicadores de que ha habido un deterioro del nivel de vida de los dominicanos.

Señaló que de acuerdo a los datos preliminares de su estudio, establecen que hay un aumento en la población que oscila entre un 16 y un 20 por ciento en condiciones de pobreza, la cual incluye la extrema pobreza.

Recordó que en el 2003, la economía decreció en 04% y la devaluación ha sido de un 300%, de junio del 2003 a la fecha de hoy, en tanto que la inflación anual anda por el 60%, según las cifras del Banco Central.

Ceara Hatton manifestó que en esas tendencias acumuladas, era perfectamente previsible un deterioro de las condiciones de vida de la población dominicana.

Señaló que las cifras preliminares de la investigación que realiza, indican que hay un incremento entre un 16 y un 20% de la población bajo condiciones de pobreza.

Ceara Hatton fue entrevistado durante un almuerzo convocado por el representante del PNUD en el país, Niky Fabiancic, en el que también participaron Claudio Tomasi, representante residente adjunto; Pepijn Gerrits, oficial de programa y Luis Rubio Sánchez, oficial de comunicaciones.

El economista dijo que la buena noticia, de cara a los objetivos de desarrollo del milenio, es que si se repite lo mismo que ocurrió en la década de los 90, el porcentaje de la población bajo la línea de pobreza puede reducirse a la mitad en los próximos 10 años.

Indicó que la crisis es un fenómeno temporal y que lo más que puede durar es de 18 a 20 meses, pero que depende de la forma en que se maneje, en tanto que entiende que la crisis ya tocó fondo, “y ya no bajamos más”.

El economista Ceara Hatton manifestó que en los últimos tres meses, la velocidad de la caída de la crisis se ha reducido, lo que significa que hay cierta estabilidad en el piso.

Consideró que lo que hay que garantizar es que se consolide esa estabilidad en el piso, para que pueda haber aumento.

Precisó que “todavía estamos en el piso, el cual hay que consolidarlo para que pueda haber recuperación de la crisis”, pero cree que es poco el tiempo que ha transcurrido para decir que está consolidado.

Señaló que el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que este año va a haber una caída del PIB entre -1 y -2%, “lo que quiere decir que nos queda un camino difícil, en cuanto a la situación depresiva de la economía dominicana”.

Expresó que los motores de la economía nacional están reaccionando de manera positiva (turismo, zona franca y exportación) y que si se mantiene, constituye un factor de reactivación de la economía local.

El economista Ceara Hatton manifestó que el otro problema que tiene el país es el monetario, al que si no se le encuentra una solución precisa, podría postergar la recuperación.

Se preguntó que cómo van las autoridades monetarias a enfrentar el problema monetario y contestó que hasta ahora, lo que se ha hecho con el FMI, indica que las acciones han sido correctas debido a que han estabilizado el tipo de encaje y la inflación, que el mes pasado fue de -1%, cuando en enero y febrero fue de 20% acumulada y en marzo fue menor.

Dijo que hay que mantener una política monetaria muy dura para mantener el nivel de inflación bajo, pero advirtió que su consecuencia es la recesión y además, mantener constreñido el aparato productivo.