Desde hoy hay un cambio histórico en la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana.
Inicialmente reportado por el diario hermano El Nacional y el programa Grandes en los Deportes, el doctor Leonardo Matos Berrido no estará para el próximo período presidencial del principal órgano del béisbol profesional del país.
También se hizo pública su carta de renuncia.
Desde hace semanas, corrían los rumores por varios medios de que Matos no conseguiría el apoyo para mantenerse en una posición en la que está desde el año 1991.
Estamos hablando de 26 años, con una vasta historia con puntos a resaltar y otros que criticar.
El autollamado “Emperador” tiene el gran mérito de dejar un torneo que ya no depende del apoyo del Estado, como en épocas pasadas, cuando era una carga para las instituciones del Gobierno y que tenía todo que resolverse con una visita a Palacio.
Ya eso quedó atrás. Hoy en día su mayor aporte es dejar una sólida estructura en donde los equipos no dependen del Gobierno de turno.
Aunque muchos citan su decisión de acogerse al famoso Draft de novatos, he entendido que la implementación de ese sorteo era inminente en una Liga como esta, no fue una genialidad ni mucho menos una idea generada en las mentes más brillantes del Ensanche La Fe, sino una necesidad del tiempo.
Lo que sí es criticable es que Matos se negó a los nuevos tiempos.
Se negó a la nueva generación que hoy manda, se negó a delegar funciones en personas capaces que le ayudaran a realizar mejor gestión.
Al día de hoy, la Lidom no tiene una página de Internet acorde a los tiempos, con todo y que se le presentaron proyectos y opciones viables.
La Liga hoy no cuenta con una bibliografía.
Si Matos finalmente se queda, que ponga ojo avizor.
Por algo soplan los vientos. Si se va, bienvenido el necesario cambio.
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