El pasado viernes nuestro Luguelín Santos ganó la medalla de oro en los Juegos Universitarios que se celebraron en Taiwán, uno de los eventos más importantes del deporte mundial, ya que están presentes los mejores jóvenes talentos del planeta.
Al rato de Luguelín ganar la presea, la cuenta de Twitter del presidente Danilo Medina subía dos tuits felicitando al nativo de la provincia esmeralda.
No creo que sea el Presidente quien esté subiendo ese tipo de mensajes a las redes sociales, ya que durante sus cinco años de mandato, el deporte ha tenido apoyo cero.
Lo primero es que el presupuesto que se le asigna al Ministerio de Deportes es uno de los más bajos entre todos los ministerios del Gobierno central.
Lamentablemente, esa dependencia estatal no puede cargar con todos los compromisos que trae el deporte profesional y amateur.
Es imposible que un solo ministerio sea el encargado de velar por el deporte nacional en cuanto a apoyo y soporte económico.
Desde que los Luisito Pie, Luguelín, Juander, Audrys, Beatriz consiguen alguna presea, todos los funcionarios del país usan sus redes, mandan notas de prensa, felicitando a estos jóvenes por sus logros.
Las Reinas del Caribe consiguen medallas y medallas, todos se sientan y le aplauden. ¿Y el apoyo para cuándo?
Ahora vemos que la Selección Nacional de Baloncesto, el deporte más popular y practicado del país luego del béisbol, se fue a un compromiso internacional sin un solo apoyo comercial.
Con razones suficientes para ver tronar a su antiguo gerente, Eduardo Najri y al presidente de su federación, Rafael Uribe.
Todos los ministerios y direcciones generales del Estado tienen recursos para auspiciar con el mínimo boleto aéreo, dieta o pago de hotel para entrenamientos y participación de nuestros atletas, sin saber que tiene un retorno inmenso, más allá de un compromiso social y estatal.
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