Estudio encabeza UNPHU revela aumento de temperatura en DN por falta de espacios verdes

Estudio encabeza UNPHU revela aumento de temperatura en DN por falta de espacios verdes

Debemos mejorar la planificación de las ciudades ante el cambio climático.

La temperatura del aire medida en los últimos 30 años se ha incrementado en 1.5 grados celsius en la ciudad de Santo Domingo, debido a a que se ha destruido el arbolado y el desarrollo de grandes obras sin tomar en cuenta las áreas verdes.

Los datos están contenidos en el artículo “La infraestructura verde como herramienta de mitigación y adaptación urbana en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana” en el Congreso Internacional Ciudad y Territorio Virtual.

En estudio previo publicado al proyecto de investigación: “Determinación del potencial de la infraestructura verde como herramienta de adaptación al cambio climático en el Distrito Nacional”, auspiciado por la Escuela de Arquitectura y Urbanismo. Facultad de Arquitectura y Artes, de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (Unphu).

Encabezan la investigación la PhD, arquitecta Gilkauris Rojas Cortorreal (Unphu), como investigadora; Ms.C. Arq. Constantinos Ph. Saliaris B. (Unphu), co-investigador: Ms.C. Arq. Julio Peña; co-investigador: y la PhD. Ing. Solhanlle Bonilla (Intec), co-investigadora.
Según el estudio, se ha comprobado que el arbolado urbano llega a disminuir hasta 6°C de temperatura radiante (calor que emite la superficie del suelo), por lo que la ciudad de Santo Domingo necesita más espacios verdes.

Según los investigadores citados, la isla de calor urbano (ICU) y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) son fenómenos que afectan la temperatura y la calidad de vida de los habitantes de las ciudades.

Señalan que el arbolado urbano puede ser utilizado como una herramienta para mitigar estos fenómenos.

Plantea la necesidad de evaluar estrategias para la normativa del arbolado urbano del Distrito Nacional y la valoración económica del mismo.

Los resultados aportan elementos para el establecimiento de las políticas públicas que contribuyan con la Estrategia Nacional de Desarrollo, la Política Nacional de Cambio Climático y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Algunos resultados. En el estudio queda comprobado que la vegetación es uno de los indicativos principales para lograr disminuir el calentamiento que aumenta cada día.

Estima que el árbol también aporta en el aspecto psicológico de la persona, como se muestra en circunstancias como la actual impuestas por la pandemia del covid-19, en que los humanos anhelan un espacio verde. Lamenta que a través de los años hayan ido disminuyendo los espacios públicos, por lo que cada vez se observan menos parques en la ciudad.

Esto, apuntan, se traduce en más contaminación, mayor polución y más ruido, por lo que la Alcaldía del Distrito Nacional tiene que tratar el tema del arbolado urbano en las modificaciones a las normativas que se desarrollan.

Señala un déficit considerable de áreas verdes en el Polígono Central del Distrito Nacional, donde apenas existen dos parques considerables, el De la Vida, en el ensanche Paraíso; así como La Lira, en Piantini.

Deplora que en la transformación de la ciudad solo se ponga atención a los problemas del tránsito, servicios públicos y de densidades, sin que el tema de los espacios públicos sea abordado con el mismo entusiasmo.

Faltan parques. Por eso, la investigación que encabeza la doctora Rojas Cortorreal, con el acompañamiento del arquitecto Omar Rancier, decano de la facultad, busca ofrecer argumentos con valor científico a los tomadores de decisiones de la ciudad para que entiendan que no se puede tener una ciudad con déficit de espacios públicos.

“Justamente en este momento que estamos pasando por una grave situación de salud, en que se anhela el espacio público, se entiende su necesidad, por eso la importancia del estudio”, expone.

Cita el ejemplo de La Caoba, especie que llega a reducir hasta tres grados la temperatura, sin embargo, en el Polígono Central se ha hecho una tala abusiva de este árbol para sustituirlo por palmeras, que no cumplen con los mismos requerimientos.

Explica que la palmera hace su función en la zona costera, donde apenas reduce 0.5 grados, por lo que la diferencia es abismal en cuanto al aporte a la salud ambiental. La investigación busca que se tome lo planteado en pro de una mejoría a largo plazo de los espacios de la ciudad.

Otro árbol sugerido es el flamboyán, muy utilizado en los parques, como se observa en el de La Vida, en el ensanche Paraíso, parque cuidado por lo vecinos que identifican cada especie y quienes lo apadrinan.

Selva de cemento. Precisa que el espacio verde cumple con una serie de factores, que van desde lo psicológico hasta la limpieza del aire, de ahí que la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que se necesita, al menos, un árbol por cada tres habitantes para respirar un mejor aire en las ciudades y un mínimo de entre 10 y 15 metros cuadrados de zona verde por habitante.

Indica que los árboles urbanos juegan un importante papel en la mitigación del calor. Por ello, los parámetros de arbolado y espacio verde urbano son ineludibles en la planificación urbana actual. Lamenta que se convierta la ciudad en una selva de cemento.

Déficit en el DN
La investigación revela que en el Polígono Central del DN hay un déficit de espacios públicos de alrededor del 90%.

Urge observar la correlación que existe entre la calidad de vida, la densidad poblacional y la oferta de espacios públicos para que no se imponga solamente el interés económico a la hora de emprender el desarrollo de una zona. Lamenta que en sentido general las administraciones de la ciudad no hayan puesto atención al tema de los espacios públicos.

Ve importante una iniciativa del Plan Estratégico del Distrito Nacional de comenzar a valorar las aceras, ampliando las de las avenidas principales del Polígono Central para tratarlas como parques lineales.

En estudio previo publicado al proyecto de investigación: “Determinación del potencial de la infraestructura verde como herramienta de adaptación al cambio climático en el Distrito Nacional”, auspiciado por la Escuela de Arquitectura y Urbanismo; Facultad de Arquitectura y Artes, de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (Unphu) y  Fondo Nacional de Innovación en Desarrollo Científico y Tecnológico ( Fondocyt)

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