La migración de mujeres dominicanas hacía Suiza, Costa Rica y España está vinculada al delito de trata, asociado a condiciones de pobreza, vulnerabilidad y bajo niveles educativos.
Además este delito de trata está vinculado al narcotráfico, prostitución, matrimonios forzados, trabajo forzado, violencia, estafas, secuestro, retención y otras situaciones de dificultad por las cuales pasan las víctimas.
Esta información está contenida en el estudio “Trata de mujeres dominicanas en Costa Rica, Suiza y España”, de la autoría de Tahira Vargas, Katia Núñez y Rosa Beltrán, puesto en circulación ayer por el Instituto Nacional de Migración como parte del proyecto “La trata de personas.
Estudios a partir de las migraciones femeninas relativas a la República Dominicana”, financiado por la Unión Europea.
Según los datos levantados en las entrevistas a familiares de mujeres tratadas, muchas de las migrantes son captadas por redes de trata y uno de los motivos tiene que ver con la necesidad de migrar para mantener a sus hijos.
El estudio pone de relieve la estrecha relación existente entre la trata y la migración y el carácter familiar-colectivo que tiene la migración femenina.
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Redes y rutas
La investigación describe las distintas rutas que atraviesan las mujeres dominicanas para llegar a los destinos que aspiran, atravesando varios países, siendo violadas, maltratadas o abandonadas en algunos casos.
Esto es muy común en las que han emigrado hacia Costa Rica, las cuales tienen que pasar por varios países de Suramérica. Pero también hay rutas desde ahí hasta Europa como la de Colombia hasta Inglaterra.
El estudio aborda las formas de sometimiento, control y manipulación que mantienen a las mujeres cautivas, aunque no siempre exista aislamiento físico.
Asimismo, pone de manifiesto la resiliencia de mujeres pobres, violentadas que demuestran su capacidad de anteponerse a las adversidades para lograr bienestar para sí mismas y los suyos.
“Se reconoce la existencia de casos de mujeres víctimas de trata a las que les «venden sueños» y las llevan al «puti club»: les dicen que van a trabajar en restaurantes y las llevan a negocios de trabajo sexual”, indica el estudio.
Agrega que otra estrategia de las redes de trata identificada en los grupos focales es el “enamoramiento”. “Hombres extranjeros enamoran a las jóvenes con promesas de casarse con ellas, se las llevan a España, Suiza, Holanda, Italia o San Martín y las introducen en una red de trata para explotación sexual o narcotráfico. Se afirma que se dan casos de extranjeros”, agrega.
Un elemento a destacar en la investigación es que algunas mujeres a pesar de que esa conexión con las redes de tráfico ilícito y trata las convirtió en víctimas, ellas mantienen sus vínculos con estas y acuden a ellas para emigrar a otros países cuando se encuentran sin opciones de fuentes de ingresos.
La investigación de 475 páginas analiza diversos aspectos de este fenómeno y tiene sugerencias de políticas públicas.