Estudio: hay maestros violentos con alumnos

<P>Estudio: hay maestros violentos con alumnos</P>

Un estudio puesto a circular ayer, “Violencia en la Escuela”, pone de relieve que el uso de golpes con varas y reglas es todavía un método disciplinario  común que utilizan los profesores de  escuelas con sus alumnos, a nivel de las aulas.  Además, se auxilian de técnicas represivas como los insultos y la humillación para asegurar que los escolares lleguen temprano, hagan la fila, no hablen con sus compañeros en  clase, o presten atención, entre otras tareas. En algunos casos, estudiantes son encerrados en cuartos.

Cuando suena el timbre y es la hora de partir muchos estudiantes salen despavoridos, pero  no  por la prisa de llegar a sus hogares, sino porque huyen de las torturas y   otras formas de violencia a que son sometidos en la  escuela.

Como revela  el estudio “Violencia en la escuela”, de Plan Internacional, el uso de golpes con varas y reglas es todavía un método disciplinario  común que utilizan los profesores con sus alumnos a nivel de las aulas.

 Además se auxilian de técnicas represivas, como los insultos y la humillación, para asegurar que lleguen temprano, hagan la fila, no hablen con sus compañeros en  clase, o presten atención, entre otras tareas.

En algunos casos, se emplean  formas de tortura para lograr que los estudiantes obedezcan, como su encierro por horas en los cuartos de almacén del plantel.

La investigación,  realizada por la antropóloga Tahira Vargas en seis escuelas de Azua, Barahona y San Juan de la Maguana, determinó  que las formas de violencia se inician en la entrada, continúan en clases y el recreo, hasta la hora de salida. “La profesora nos da un tallazo por la espalda cuando no queremos entrar del recreo”. “Cuando la profe me da me siento triste y me da vergüenza”, son algunas de las expresiones que utilizaron los niños  consultados.

Violencia y contexto

A las formas de abuso que experimentan los niños que asisten a las escuelas sureñas objeto de estudio se suman las otras que suceden en sus hogares.

 En ese sentido, el estudio arrojó que los niños sufren situaciones de violencia intrafamiliar, que se expresan en las frecuentes “pelas” de sus padres o tutores.

También se violan  sus derechos fundamentales, cuando  quedan excluidos del acceso a una buena y frecuente alimentación, vivienda segura, agua potable, espacios recreativos y educación de calidad.

En las entrevistas, varios niños confesaron que no comen todos los días y que son testigos de las palizas que sus padres les propinan a sus madres y viceversa.

También los maestros viven en condiciones de marginación y extrema pobreza, similares a la de sus estudiantes. Muchos son víctimas de violencia ejercida por sus cónyuges.

Ruptura de paradigma

 La antropóloga, que se instaló en los centros investigados  por dos semanas, recomendó que la escuela deje de ser un “espacio de corrección” con carácter autoritario, para convertirse en un lugar creativo y recreativo con el  alumno como centro.

Las claves

1.  Recreo violento

El espacio de recreo salió a relucir como el más violento de toda la jornada educativa, ya que se producen  agresiones entre todos los actores educativos.

2.  Círculo de miedo

El miedo está presente en la vida cotidiana de los niños: miedo a los golpes de sus profesores, a la interpelación a los padres, humillación de los maestros, al policía escolar, a los niños más grandes, etc.

  3.    Discriminación

 En las aulas se dividen los niños que están en sobreedad del resto, además, “los que saben” de los que “no saben” por filas y asientos especiales.  Los niños o niñas con alguna discapacidad son enviados a la tanda vespertina.

4.  Una guía

Ante los hallazgos, PlanRD  ha creado el manual “Disciplina positiva en el aula. Guía para facilitadores” para   prevenir  la violencia. Fue elaborado por Dulce Pascual y Annie Díaz, sicologas especializadas en pedagogía.

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