Estudio recomienda cierre Punta Catalina por graves impactos

Estudio recomienda cierre Punta Catalina por graves impactos

Punta Catalina

Por los graves impactos que está causando la Central Termoeléctrica Punta Catalina, CTPC, en la República Dominicana y en Haití, lo que procede es el cierre inmediato de esta central.

Los daños que estaría generando la planta tienen un costo de 7.5 millones de dólares por año y si la planta sigue funcionando por 30 años serían 319 millones con pérdida de más de 500 vidas. En el caso de Haití los costos anuales serían de 4.7 millones de dólares.

La advertencia está contenida en el “Estudio sobre la contaminación de la central termoeléctrica Punta Catalina”, realizado por el Instituto de Abogados para la Protección del Medio Ambiente, la Coalición para la Defensa de la Salud y el Medio Ambiente de la Provincia Peravia y el Comité de lucha contra el Cambio Climático con asesoría de cinco organizaciones extranjeras.

Punta Catalina

Puede leer: Energía y Minas presenta protocolo para prevención de violencia

“Los impactos negativos de la contaminación por los gases, las micropartículas y los residuos de la Central Termoeléctrica Punta Catalina, CTPC, abarcan gran parte del territorio dominicano, por completo a Haití y llegan próximos al litoral Este de Cuba y de Jamaica. Las emisiones aéreas de gases y de micropartículas de la Central Termoeléctrica Punta Catalina, CTPC, así como las cenizas volantes de carbón de esta central arrojadas a la intemperie en el batey San José, están afectando la calidad del aire”.

El estudio indica que estas emisiones están muy por encima de las normas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de los estándares internacionales, y en muchas ocasiones de las normas dominicanas vigentes que son insuficientes para proteger a la población.

En el caso de las cenizas apunta que por su naturaleza tóxica, su gran volumen y por su mala disposición, constituyen un pasivo ambiental que amenaza con contaminar el aire, el suelo y el agua tanto superficial como subterránea.

Además que los cultivos más sensibles como de lechosa, de melón y de tomates, están siendo afectados por las emisiones aéreas y las montañas de cenizas tóxicas de esta planta y por la presencia de una gran cantidad de cal en los residuos que también pueden alterar los suelos, reduciendo su productividad.

También ha afectado la vida marina por los escombros del embarcadero y residuos de carbón que han provocado sedimentación.