Un estudio evaluativo de las asignaciones de cuotas determinó que la Secretaría de Estado de Agricultura ha otorgado permisos de importación de grandes cantidades de habichuelas a empresas sin tradición en el negocio y “sin tomar en cuenta los límites que impone la demanda nacional, lo cual ha distorsionado el mercado”.

Buena parte de esas cuotas, también denominadas “contingentes arancelarios” en el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica (DR-CAFTA), han sido entregadas “de manera no transparente” a Agroindustrial Río Blanco, S.A. El estudio, realizado por la firma del economista y  consultor Héctor Rodríguez fue ordenado por Granos Nacionales, S. A., cuyo presidente es el industrial e importador Manuel Castillo Pimentel. El estudio dice que Agroindustrial Río Blanco, S.A., vinculada supuestamente a un funcionario del Palacio Nacional, es una gran beneficiaria de esas cuotas entregadas en violación al reglamento que regula el tratado.

El estudio señala que “por muchos años los compradores e importadores tradicionales de habichuelas manejaban adecuadamente el negocio de las habichuelas, comprándolas a los productores nacionales toda la producción e importando lo que faltaba para cubrir todo el consumo nacional”.

Sin embargo, destaca que “con el programa de pignoración y la entrada de los contingentes de importación del DR-CAFTA, aparecieron nuevos agentes en el negocio que de manera no transparente han obtenido la autorización por parte de la Secretaría de Estado de Agricultura para importar grandes cantidades de habichuelas sin necesidad de comprar las habichuelas de origen nacional y sin tomar en cuenta los límites que impone la demanda nacional, lo cual ha distorsionado el mercado”.

«Estas empresas o agentes han entrado al mercado sin necesidad de capitales, porque el programa de pignoración se lo suple, y con infraestructura de almacenamiento prestada o alquilada”, dice.

Indica que con esa práctica el Estado ha “tenido que erogar sumas millonarias en subsidios”, mientras que los productores no encuentran quien les compre las habichuelas y los compradores e importadores tradicionales “están descapitalizados por el margen negativo en la comercialización”.

El estudio advierte que las empresas comercializadoras tradicionales consideran que pasará un tiempo para que el mercado de habichuelas “pueda estabilizarse, asumiendo que se eliminen las malas prácticas señaladas”.

Al analizar las distorsiones que se han producido en el mercado, el estudio se refiere a Agroindustrial Río Blanco, S. A., como una empresa “con un capital autorizado y pagado de RD$ 500,000.00 (medio millón de pesos)”, que se ha convertido en sólo tres años como la “comercializadora de habichuelas mayorista más exitosa de la República Dominicana”, estimándose, según el estudio, que sus ventas de habichuelas en esos tres años  “sobrepasan los mil millones de pesos”.

El análisis, dado a conocer a la prensa, destaca que esta empresa (Agroindustrial Río Blanco, S. A.) ha recibido en los últimos tres años un trato privilegiado por parte del sector gubernamental en desmedro de empresas tradicionales, como el uso de almacenes refrigerados de INESPRE, supuestamente sin “costo alguno”, y el financiamiento por altas sumas de dinero del Banco de Reservas y el BNV “ a pesar de tener un capital autorizado y pagado de sólo medio millón de pesos y sus accionistas ser personas humildes, con bajos ingresos y un historial crediticio muy limitado”.

Según el estudio, la empresa “tiene como clientes excepcionales el Plan Social de la Presidencia, los Comedores Económicos, el INESPRE y la Secretaría de Estado de Agricultura”, entidades que habrían realizado “ compras de habichuelas multimillonarias a esta empresa.