La pandemia del COVID-19 ha comprometido los sistemas de salud en América Latina, causando estragos en su capacidad de brindar cuidados a pacientes con patologías y enfermedades no transmisibles, como el cáncer.
Para entender mejor el impacto causado y determinar el camino a seguir para fortalecer la resiliencia y sostenibilidad de los sistemas de salud frente a emergencias sanitarias, Roche, líder en atención de la salud personalizada y la mayor empresa biotecnológica del mundo, junto con expertos médicos, y otras organizaciones incluyendo la Americas Health Foundation, el equipo de EY-Parthenon y Catalyst Consulting Group, desarrollaron el estudio: El impacto de la pandemia de COVID-19 en el cuidado del cáncer en América Latina.
Información y cierre de escuelas, mejores medidas contra COVID-
El estudio evaluó el impacto de la pandemia en 18 variables clave vinculadas al cuidado del cáncer en 11 países de la región, a través de encuestas de percepción con organizaciones de pacientes, profesionales médicos de centros oncológicos y un modelo matemático para estimar el impacto económico de la pandemia en lo relativo al cuidado de cáncer.
Actualmente, el cánceres la segunda causa de muerte en América Latina, con más de 700.000 muertes registradas en el 2020. Si bien el impacto también se ha visto a nivel mundial, los países de América Latina resultan más vulnerables debido a la ya existente falta de recursos y disparidades en cuanto a acceso al cuidado de la salud.
Según datos del Observatorio Global de Cáncer en 2020, en República Dominicana 19.816 personas padecieron algún tipo de cáncer y 12.107 murieron por esta causa.
“Los resultados del estudio dejaron en evidencia los grandes desafíos que ya veníamos analizando de cerca antes de la pandemia. Sin embargo, la carga que han tenido que afrontar nuestras redes de atención en estos últimos dos años ha reforzado la necesidad de actuar ahora para fortalecer nuestros sistemas de salud y capacitarlos para brindar los cuidados necesarios para todos los pacientes, aún en situaciones de emergencia sanitaria”, afirmó Rolf Hoenger, Área Head, Roche Pharma para América Latina.
De acuerdo con lo informado por la encuesta a los expertos médicos incluida en el estudio, en el caso de Centroamérica y República Dominicana (resultados consolidados de Costa Rica, República Dominicana y Panamá) se experimentaron retrasos en cirugías, en un 69%. El 66% informó un aumento de la enfermedad avanzada al momento del diagnóstico debido a los retrasos en la línea de atención relacionada con la pandemia.
El 87% de médicos encuestados en Centroamérica y República Dominicana percibieron un aumento en los nuevos casos de cáncer en los primeros seis meses de la pandemia (marzo – agosto de 2020). Estos datos contrastan con las tendencias regionales, que encontraron reducciones en las visitas oncológicas por primera vez de 28 – 38%.
También, el 85% de médicos indicó que hubo pacientes que abandonaron sus tratamientos por completo por razones relacionadas con COVID-19 (miedo a la infección, cuarentenas) así como no relacionadas (el seguro dejó de cubrir costos).
Al estudiar los efectos de la pandemia de cerca, se identificó la magnitud de su impacto en la atención del cáncer en América Latina en tres ámbitos principales:
- Prestación de servicios para la atención del cáncer: El 80% de los participantes reportaron interrupciones en atención y actividades de prevención del cáncer por la sobrecarga en los sistemas de salud, y además un 96% informó una disminución en la realización de mamografías por medidas de precaución, como cuarentenas, y limitaciones financieras.
- Mortalidad: En el estudio, varios puntos respaldan el impacto en la mortalidad por cáncer debido a la pandemia. El 93 % de los médicos informaron que al momento del diagnóstico sus pacientes ya tenían etapa avanzada del cáncer, lo que significa un peor pronóstico y opciones de tratamiento limitadas para el paciente.
- Impacto económico para el paciente y los sistemas de salud: La situación socioeconómica en la región se ha visto deteriorada a raíz de la pandemia. Según estimaciones, proporcionadas en el análisis de impacto económico y social, el cual se elaboró mediante un modelo que incluyó 18 variables – incluyendo la proporción de pacientes afectados por COVID-19, nuevos casos de cáncer estimados para 2020, 2021 y 2022, PIB promedio per cápita durante 10 años, meses promedio de interrupción en el tratamiento, entre otros – señala que el impacto económico generado por retrasos en el diagnóstico y tratamiento en América Latina está estimado en $5 mil millones de dólares.
El informe también deja en evidencia las repercusiones que tuvo la pandemia en la salud de la mujer en la región, y refuerza aún más la desigualdad de género que existe en salud. Cerca de 96% de los médicos encuestados, mencionaron una reducción específica en la cantidad de mamografías de tamizaje, las cuales son clave para detectar el cáncer de mama en su etapa más temprana y curable. Además, la pandemia también afectó a los cuidadores, teniendo en cuenta que 2 de cada 3 mujeres desempeñan este rol en la sociedad.
En cuanto a la carga económica que esto genera, el cáncer de mama representa un costo de 3.900 millones de dólares, aproximadamente el 50% del impacto económico total estimado, ya que constituye más del 50% de todos los casos de cáncer y tiene una alta tasa de supervivencia, causando que los pacientes pasen a una etapa clínica mucho más cara para mantener baja la cifra de muertes.
Estas problemáticas, junto con la fragmentación existente de los sistemas de salud en la región, resaltan la necesidad de tomar medidas urgentes. Al respecto, la Dra. Mariana Rico, directora médica de Americas Health Foundation y autora del estudio, enfatizó que, “la atención fragmentada de los pacientes con cáncer ha sido un problema recurrente en Latinoamérica, contrastando con el estándar contemporáneo del cuidado del cáncer que incluye un abordaje coordinado con equipos multidisciplinarios. La pandemia, entre todos los desafíos que trajo, también agravó esta fragmentación, resultando en atención poco oportuna y muchas veces de calidad subóptima”.
Junto con los hallazgos, el estudio destaca las siguientes medidas a implementar para fortalecer los sistemas de salud y mejorar su capacidad de respuesta:
- Los gobiernos deben reconocer y comprender la carga generada por la pandemia en el cuidado del cáncer para implementar estrategias integrales que mitiguen este impacto.
- Priorizar la detección temprana y el acceso oportuno al tratamiento, así como evitar interrupciones en el tratamiento de todo tipo de cáncer para reducir la tasa de mortalidad y mitigar el impacto económico.
- Mejorar la distribución de recursos en la región, mediante la optimización de las capacidades existentes y acudir a la tecnología para aprovechar el uso de datos y la telemedicina.
- Los gobiernos, grupos de pacientes y las organizaciones médicas deben implementar programas para concientizar a los pacientes con cáncer y a los cuidadores para enfrentar la nueva realidad y adoptar las lecciones aprendidas de esta pandemia como parte integral de la nueva normalidad de la atención del cáncer.
El Dr. Franco Doimi, patólogo oncológico y autor del estudio agregó que, “los periodos de falta de atención en los servicios de salud, así como el impacto económico de los mismos servicios por la atención del COVID-19, ha generado una “masa” de pacientes que no vienen siendo atendidos regularmente en los servicios de salud”. De acuerdo con el Dr. Doimi, “esto ha generado en la actualidad diagnósticos tardíos y probablemente continúe impactando en menor medida las tasas de curación de pacientes oncológicos”.
Con respecto a las medidas que se deben tomar, añadió que, “es de suma importancia también mejorar el acceso de la población a los servicios de salud”. También destacó la importancia de “incrementar las capacidades de tratamiento multidisciplinario y descentralizado del cáncer con las nuevas herramientas que el COVID-19 nos obligó a utilizar como la Telemedicina”.
A través de esta colaboración entre expertos médicos, organizaciones de la sociedad civil y Roche, este estudio pretende contribuir a los esfuerzos de los gobiernos y los sistemas de salud de la región, para identificar soluciones integradas a cada desafío, con el fin de estar mejor preparados ante cualquier crisis o emergencia como lo ha sido esta pandemia.