Estudio sobre leche deja un sabor agrio

Estudio sobre leche deja un sabor agrio

A principios de esta semana, apareció un artículo en la destacada publicación médica Health Day, que decía que se había hallado poca evidencia de que los niños necesiten una dieta rica en lácteos para desarrollar huesos fuertes. Ahora, el gremio de los lácteos está a la defensiva, está tratando de encontrarle fallas a la investigación y sostiene que los autores del artículo están parcializados.

Lo que está en juego son las dietas de millones de niños estadounidenses. ¿Será que deben seguir obteniendo el calcio de hasta tres porciones de productos lácteos diarias, como sugiere en este momento el gobierno federal? ¿O será que un vaso y medio de leche, queso de soya o jugo de naranja fortificado serán suficientes?

Los escépticos de la leche siguen siendo una minoría entre los nutricionistas. Pero el reciente artículo, publicado en la edición de marzo de Pediatrics, podría servirles como una tribuna influyente.

Los autores analizaron hallazgos de 27 estudios enfocados en la dieta y la salud de los huesos de niños y adultos jóvenes. Según los autores, apenas nueve de esos estudios halló una relación entre la ingesta de calcio y la salud de los huesos, además de que los efectos eran menores.

“No observamos ninguna diferencia entre los niños que consumían unos 500 miligramos (de calcio) y los que consumían 800 ó 1200”, aseguró Amy Lanou, coautora del estudio y directora de nutrición del Physicians Committee for Responsible Medicine.

Algo así como un vaso y medio de leche proporcionaría 500 miligramos de calcio, aseguró Lanou, aunque recomienda fuentes de calcio no animales, como verduras de hojas oscuras, queso de soya, nueces y semillas, y productos enriquecidos con calcio, como arroz con leche, leche de soya y jugo de naranja.

Obtener más calcio de los productos lácteos sencillamente no es necesario, aseguró. “El punto para los padres es que si su hijo tiene intolerancia a la lactosa o si no le gusta la leche o es alérgico a ella, no hay nada de qué preocuparse”, continuó.

En cambio, sugiere que los padres busquen otras maneras de estimular el crecimiento de huesos fuertes. “La mejor opción es hacer que los niños salgan a jugar, que hagan ejercicio y tomen el sol, y asegurarse de que tengan una dieta saludable rica en frutas, verduras, granos y legumbres.

Lanou es vegetariana, al igual que uno de los otros dos autores del estudio. El Physicians Committee for Responsible Medicine, con sede en Washington, D.C., promueve el vegetarianismo.

No sorprende, entonces, que el gremio de los lácteos acuse a los autores de promover sus ideas en pro del vegetarianismo y se opongan a la sabiduría convencional que recomienda tres porciones de leche al día.

“Hay que hacerle caso a la corriente dominante de la medicina y de los profesionales de la salud”, aseguró Greg Miller, vicepresidente principal de nutrición e innovación de productos del National Dairy Council. “Estas opiniones realmente sobresalen como anomalías cuando se comparan con todo lo que los demás grupos están diciendo”.

Según él, uno de los problemas es que el artículo que apareció en Pediatrics no se basó en estudios que utilizan el “estándar dorado” de la investigación médica para establecer relaciones causa y efecto entre, digamos, el consumo de la leche y la salud de los huesos.

Lanou respondió que muy pocos de los estudios a los que se refiere Miller estaban disponibles, conocidos como estudios aleatorios controlados.

Otros críticos del gremio cuestionan la selección de estudios utilizada para el artículo por Lanou y sus colegas. En declaraciones al Herald Sun de Durham, Carolina del Norte, David Matrosko del Center for Consumer Freedom (centro para la libertad del consumidor), un grupo defensor sin fines de lucro, aseguró que el grupo de Lanou espulgó entre los estudios para decidir cuáles incluir porque sabían que si utilizaban más pruebas clínicas reales, los resultados no serían vistos con buenos ojos por los defensores de los derechos de los animales”.

“No estamos de acuerdo”, dijo, “con que un grupo diga que representa a la comunidad médica tradicional cuando declara los lácteos como inherentemente innecesarios”.

Sin embargo, Lanou también tiene sus partidarios.

Cuando se trata de su función para formar y mantener huesos fuertes, “la información sobre el calcio es muy débil si se compara con la de las vitaminas K y D”, declaró Susan Brown, directora del Proyecto para la Educación sobre la Osteoporosis al Post-Standard de Syracuse en Nueva York. Considera que muchos estadounidenses sobreestiman la cantidad de calcio que necesitan incorporar a su dieta diaria.

Pero Miller alega que incluso algunos cambios relacionados con el calcio pueden ser importantes para la fortaleza de los huesos. Mientras que la genética es responsable por entre el 60 y el 80 por ciento de la salud de los huesos de una persona, “todavía queda más o menos un 20 por ciento que se puede afectar”, aseguró. Sugiere que los niños consuman tres porciones diarias de productos lácteos. Los adolescentes podrían necesitar hasta cuatro, continuó. (Una porción es equivalente a un vaso de leche o yogur, o a dos pedazos de queso del tamaño de un dado).

¿Por qué es necesario consumir tantos productos lácteos?

“Porque no tener calcio sería como tratar de hacer una casa de ladrillos sin ladrillos”, puntualizó Miller.

Fuente: Healthday

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