Estudios dan esperanza sobre medicamentos para colesterol

Estudios dan esperanza sobre medicamentos para colesterol

SAN DIEGO, California, EE.UU. Una nueva investigación fomenta esperanza de que una muy esperada clase de medicamentos experimentales puedan disminuir enormemente el riesgo de ataques cardiacos, muerte y otros problemas relacionados con el corazón.

El gobierno decidirá este verano si permitirá que se comercialicen dos de esos fármacos. Las personas que tomaron una de esas medicinas tuvieron la mitad de riesgo de morir o sufrir problemas cardiacos en comparación con otras a quienes se les suministró el tratamiento usual —normalmente estatinas como Lipitor o Zocor, encontraron los médicos.

Muchas personas no pueden tolerar estatinas o recibir beneficios suficientes de ellas, así que se requieren con urgencia nuevos medicamentos.

Los resultados son “realmente impresionantes y muy alentadores” para los nuevos fármacos, dijo una experta independiente, la doctora Judith Hochman, del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York.

Los estudios fueron publicados en internet el domingo por la Revista de Medicina de Nueva Inglaterra y discutidos en una conferencia en San Diego del Colegio Estadounidense de Cardiología. Se trata de nuevos análisis de estudios viejos diseñados para observar qué tanto disminuyen el colesterol los fármacos, así que sólo pueden sugerir que los medicamentos también pueden disminuir los problemas cardiacos, no demostrar ese punto.

Estudios definitivos tomarán aproximadamente dos años más, así que la Administración de Alimentos y Medicinas (FDA, por sus iniciales en inglés) decidirá el futuro de los fármacos sólo con resultados como éste a la mano.

Los fármacos son evolocumab, que Amgen Inc. quiere llamar Repatha, y alirocumab, que Regeneron Pharmaceuticals Inc. y Sanofi SA han llamado Praluent.

Estos disminuyen la lipoproteína de baja densidad, o colesterol malo, más fuertemente y de una manera diferente a los medicamentos existentes, bloqueando la enzima PCSK9, una sustancia que interfiere con la capacidad del hígado de remover el colesterol de la sangre.

Los efectos secundarios siguen siendo un interrogante, sin embargo; especialmente en el pensamiento, confusión y memoria, problemas sobre los que la FDA ya ha manifestado preocupación y respecto a los cuales ha pedido a las compañías que mantengan un registro.

Los problemas afectaron únicamente a 1% o 2% de los pacientes y podrían ser temporales, pero fueron dos veces más comunes entre las personas que tomaron uno de los fármacos nuevos y tienen que ser monitoreados más de cerca conforme continúa el estudio, dijo Anthony DeMaria, médico especialista en cardiología de la Universidad de California en San Diego y el presidente anterior del Colegio Estadounidense de Cardiología. Como un paciente que enfrenta potenciales efectos secundarios, “el último que yo quiero” es uno que afecte el cerebro, subrayó.

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