ETA cumple 50 años abrazada a la violencia

ETA cumple 50 años abrazada a la violencia

Madrid, (AFP).- La organización independentista armada vasca ETA cumplirá el viernes 50 años de existencia sin renunciar a la violencia como método para conseguir la independencia del País Vasco, aunque se encuentra más débil que nunca y muchos ya ven su fin.

La ETA de 1958, creada durante la dictadura de Francisco Franco, «era un grupo de militantes antifranquistas, nacionalistas (…) era la juventud del 68», «era la cultura, el frente obrero, pero no los asesinatos», relata el periodista vasco Gorka Landaburu.

El 31 de julio de 1959 varios disidentes del Partido Nacionalista Vasco (PNV) sellaron la fundación de ETA.

ETA, que no recurrió a la violencia hasta 1968, no ha dejado de utilizarla hasta este mismo miércoles, en que una furgoneta bomba estalló en Burgos (norte) e hirió a más de 60 personas, a pesar de que cada vez más independentistas abrazan la vía democrática.

«El problema de ETA es que no supieron digerir el fin del franquismo y la transición democrática a finales de los 70»; «no supieron renunciar a la violencia», que ha causado 826 muertos, resume Landaburu.

Hoy «la situacion de ETA refleja bastante debilidad», ya que cada vez cometen menos atentados mortales y en los dos últimos años se enfrentaron a «una persecución policial bastante contundente», explicó a la AFP el periodista y experto Florencio Domínguez.

«Su capacidad es bastante inferior a la de hace 10 años», pero «a pesar de que (…) han reconocido las dificultades que tienen», en este momento «ha decidido continuar con el terrorismo», explica.

Sin embargo, el hecho de que cada vez más miembros veteranos de ETA y más electores independentistas vascos se desmarquen de la violencia –el partido independentista Aralar, que condena la violencia, pasó en 2009 de uno a cuatro escaños en el Parlamento regional– «son signos que pueden provocar esperanza» y «ojalá vayan aumentando», según el profesor Antonio Alonso.

Alonso fija el principio del declive en el año 2000, con un gran pacto político antiterrorista que precedió a un período de lucha de la justicia española por acorralar a los movimientos políticos que la apoyan, que dura hasta hoy.

En los dos últimos años, que siguen a la última tregua de la organización para comenzar con un intento fallido de negociación con el gobierno español, ETA ha organizado múltiples atentados –ha matado a siete personas– haciendo frente a una ofensiva policial española francesa sin precedentes.

Tras este tiempo, la organización «tiene desgaste pero sigue teniendo un cierto núcleo de apoyo que sigue viendo en ella un liderazgo referencial».

De allí «procede la renovación de militantes de ETA y el apoyo político», recuerda Domínguez, que destaca que en las elecciones regionales de marzo pasado los independentistas radicales sumaron «alrededor de 100.000 votos».

Y encontrar integrantes no será un problema. «ETA no necesita centenares de jóvenes cada año; necesita sólo unas pocas decenas, y para conseguir 20 ó 30 personas cada año no tienen especial problema; su problema es gestionar el encuadramiento de esta gente», explica Domínguez.

En el futuro, ETA «se va a ir debilitando progresivamente», vaticina, al igual que Alonso, que augura «la práctica disolución y transformación en un grupo de bandoleros, en un grupo mafioso».

Hoy «se está convirtiendo más en un grupo criminal y menos en avanzadilla militar de un movimiento social mucho más amplio», según Alonso, profesor de la facultad de Humanidades de la universidad CEU-San Pablo de Madrid.

«Le queda poco tiempo de vida como banda terrorista; si algo queda serán reductos como el GRAPO», es decir, «una banda de delincuentes, de mafiosos y casi sin apoyo social», compara, en referencia a los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) fueron una orgnaización armada de ultraizquierda ya desaparecida en España.

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