MADRID (AFP).- La organización separatista armada vasca ETA eligió el fin de semana largo por el aniversario de la Constitución española para cometer 13 atentados con bombas de «escasa potencia» de norte a sur del país, que causaron cinco heridos leves y pocos daños materiales.

   Entre el viernes y el lunes, la banda armada vasca hizo estallar 12 de las 13 bombas colocadas en nueve ciudades de cinco comunidades autónomas de España, excepto Cataluña, donde el 18 de febrero anunció una tregua indefinida.

   Cinco heridos leves causaron este lunes dos de las siete bombas que estallaron casi simultáneamente hacia las 13H30 locales (12H30 GMT) en los baños de bares, en maceteros o aparcamientos de Málaga (sur), Alicante (este), Ciudad Real (centro), León, Valladolid y Avila (centro-norte) y Santillana del Mar (norte). Los artefactos habían sido colocados en inmediaciones de plazas con el nombre de España.

   En Santillana del Mar, la explosión causó dos heridos de «escasa consideración» y en Ciudad Real, tres heridos leves, dos de ellos policías, indicó el ministerio del Interior.

   Dos interlocutores anónimos alertaron en nombre de ETA sobre la colocación de las bombas a las 12H40 locales al diario vasco Gara, su canal habitual de reivindicación.

   Según la agencia Vasco Press, ETA decidió a fines de 2002 que atacaría en «fechas significativas».

   El viernes pasado ETA hizo estallar cinco bombas de baja potencia en gasolineras ubicadas en los alrededores de Madrid, causando impresionantes atascos en las carreteras.

   El sábado la policía desactivó una pequeña bomba en Almería (sur) que debía estallar este lunes.

   El ministro español del Interior, José Antonio Alonso, subrayó el lunes el «absoluto coraje democrático» y la «calma» con que reaccionaron los ciudadanos, a quienes pidió «confianza» en las fuerzas de seguridad.

   «ETA conserva su capacidad operativa y estamos en situación de máxima tensión en la lucha policial contra la organización terrorista», afirmó Alonso, luego de precisar que la composición de las bombas era «similar» a las del viernes, es decir nitrato amónico y temporizadores eléctricos.

   «ETA sólo tiene un destino que es el abandono de las armas», afirmó el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso de los Diputados, donde asistió a la ilegalizada Batasuna, brazo político de ETA, que nunca condena los atentados de ETA.

   El Partido Nacionalista Vasco (PNV) acusó a ETA de «hacer oídos sordos» al reclamo de «abandonar la violencia» de los ciudadanos, la izquierda radical y Batasuna. El partido de izquierda Ezker Batua (EB) advirtió que «si calla una vez más, quedará claro que Batasuna es todavía rehén de ETA», mientras que Aralar, una escisión de ETA, calificó los atentados de «error político».