Eterna amistad: Bosch y Fidel

Eterna amistad: Bosch y Fidel

-IX-
En 1980, Juan Bosch fue invitado a visitar Cuba, en ocasión de la celebración en ese país del Día Internacional del Trabajo, el 1 de mayo de ese año. En la tierra de José Martí, además del 26 de julio, aniversario del asalto al Cuartel Moncada, y el 1 de enero, día del triunfo de la Revolución, el 1 de mayo figura entre sus fechas emblemáticas.
Esa celebración coincidió con un momento difícil y de gran tensión para la Revolución cubana: el éxodo del Mariel, a raíz de que la Embajada de Perú en La Habana fuera asaltada por supuestos ciudadanos desafectos del régimen: en su mayoría, su conducta fue muy cuestionada en sus lugares de destino. Al entender el Gobierno cubano, que se trataba de un plan contra su país, lo desactivó al retirar la custodia militar de la sede diplomática peruana. Para entonces, Jimmy Carter era el presidente de los Estados Unidos.
En esos momentos, en Cuba y en el Caribe había una gran agitación. Se recordaban los días de la Crisis de los Misiles, de octubre de 1962, que además de la isla caribeña enfrentaban a Estados Unidos y a la entonces Unión Soviética.
De ahí que la celebración del 1 de mayo de 1980 fuera tan importante. En la manifestación llevada a cabo en la tarde de ese día, en la Plaza de la Revolución, además de Fidel Castro, líder histórico de la Revolución, hablaron el representante de la federación sindical cubana, Roberto Veiga, y Juan Bosch, entre otros. También asistieron como invitados especiales extranjeros, Maurice Bishop, entonces primer ministro de Grenada; el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, el presidente del Consejo Mundial de la Paz, señor Chandra, y Gabriel García Márquez, quien luego ganaría el Premio Nobel de Literatura.
Al referirse a Bosch y a García Márquez, el Comandante Castro expresó: “Nos ha honrado la presencia valiosa de la representación, pudiéramos llamar, de lo mejor de los intelectuales de América Latina, el compañero Juan Bosch y el compañero Gabriel García Márquez”.
Calificó la manifestación del modo siguiente: “Este acto ha tenido un carácter singular. Ha sido realmente un acto internacional de los trabajadores. Para nosotros ha sido motivo de gran honor, de gran satisfacción , nos hemos sentido muy estimulados, muy fortalecidos…”.
Tanto Bosch como Fidel destacaron la gran muchedumbre:. Bosch expresó: “…estoy frente a la multitud más grande que se ha reunido en tierras del Caribe, y que con toda seguridad es más grande que la que nunca jamás se ha reunido con fines patrióticos en los Estados Unidos, debo hacerme, atrevidamente, portavoz de los sentimientos, de las ideas, de muchos millones de hombres y mujeres de la América Latina y el Caribe que no pueden estar reunidos hoy aquí, en esta ya histórica Plaza de la Revolución cubana.”.
Fidel definió el acto así:
“Se trata de mostrar nuestra fuerza, pero no simplemente por mostrarla. En estos días se ha estado librando en la historia de la Revolución, tanto por su volumen como por su profundidad. Los hechos que lo motivaron son conocidos. ¡Era necesario hacer esto! Había que mostrarle al enemigo y enseñarle que con el pueblo no se juega. Había que mostrar al enemigo que con la Revolución no se juega. Había que demostrarle al enemigo que a un pueblo no se le puede ofender impunemente, que a un pueblo no se le puede amenazar impunemente. Y esta imagen que vemos aquí es la que soñaban destruir, la imagen de lo que es el pueblo, ¡el verdadero pueblo revolucionario, el pueblo proletario, el pueblo trabajador, el pueblo campesino, el pueblo combatiente, el pueblo estudiante!.”.
Bosch tocó el crítico momento de entonces:
“El imperialismo conoce a fondo, en conjunto y en detalle, los mejores métodos para extraer de nuestras tierras sus riquezas y para extraer de la sangre de los trabajadores de nuestros pueblos hasta el último aliento. Pero no conoce la historia de estos pueblos. Si la conociera no estaría mandando amenazas a Cuba.
“Así como dice que por los frutos se conoce el árbol, por los hombres que dan se conocen los pueblos, porque ningún grande hombre es más grande que su pueblo. Los que hacen los grandes capitanes de la historia, lo que hacen los guías de sus pueblos, es resumir y expresar la voluntad de esos pueblos, los ideales de esos pueblos, la decisión y el coraje de esos pueblos”.

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