Eterna amistad: Juan Bosch y Fidel

Eterna amistad: Juan Bosch y Fidel

– XV-
El 30 de junio de 1997, Juan Bosch cumplió en La Habana sus 88 años, recluido en un hospital de esa ciudad. La Cónsul General de la República Dominicana en Cuba, Fiordaliza Pichardo Polanco, llevó al centro médico un bizcocho y refrescos para la ocasión; allí estaban doña Carmen, Patricio Bosch, algunos colaboradores de don Juan y del Consulado, así como miembros del equipo médico del Centro de Restauración Neurológica (CIREN). Por razones de salud, Bosch también estuvo en La Habana en períodos de 1998, 1999 y 2000. El motivo de su presencia en Cuba en 1998 fue a causa de las atenciones médicas que tuvo que recibir doña Carmen en el hospital traumatológico Frank País.
El 20 de agosto de 1998, Fidel Castro llegó a la República Dominicana por primera vez, para participar en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Foro del Caribe (Cariforo), celebrado del 20 al 24 de agosto. Luego de la Cumbre, realizaría en el país una breve visita oficial. Invitado por el entonces presidente Leonel Fernández, el Comandante en Jefe calificó el “gesto de amistoso y valiente”. Volvería al país, en abril de 1999, para asistir a la II Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe.
En el Aeropuerto de las Américas, Fidel expresó:
“¿Qué puedo decirles? Me encuentro aquí, y casi no lo creo: fue un sueño de toda la vida.
“Entre las primeras cosas que aprendí cuando ingresé en las aulas escolares fue que muy cerca de nosotros existía un país legendario, lleno de historia, estrechamente unido al pueblo cubano. Ese país lo conocimos nosotros, por lo general, como Santo Domingo. (…)”.
“(…) al expresar mis sentimientos en estos instantes, al recordar los deseos que tenía de encontrarme con este país y su admirable y maravilloso pueblo , que ésta es la tierra que más puede emocionar a un modesto corazón cubano”.
Tras la cumbre, en compañía del Presidente Fernández, Fidel visitó, en la mañana del 23 de agosto, a Juan Bosch y a doña Carmen. Ya en el hogar de la familia Bosch-Quidiello, los dos líderes se confundieron en un fuerte abrazo. Y rememorando la expedición de Cayo Confites, Fidel le observó: “No vine en el 47 pero vengo ahora.”
Los 55 minutos de animada y fraternal conversación pasaron pronto. Se recordaron los tiempos compartidos en Cuba, especialmente los de las luchas contra Trujillo. Se tocaron temas nacionales e internacionales. Fidel comentó a Bosch que estaba impresionado con el nivel cultural y político de los dominicanos. Fernández refirió que tenía que ver, en gran medida, con las charlas radiales de Bosch iniciadas en 1961. Fidel destacó su pedagogía política, y señaló la labor parecida a la del cubano Eduardo Chibás. Se interesó por saber si Bosch escribía sus charlas, improvisaba o seguía un guión. En el encuentro hasta se recordó la polémica con el padre Láutico García.
Para Bosch, “Fidel ha traído a la mente del dominicano todas las revoluciones que se han hecho. El es un hombre moderno. Fidel no es el revolucionario que anda buscando prestigio”.
Pero sucedió algo que casi nadie observó: en el jaleo final de la partida y las fotos, Fidel olvidó despedirse de doña Carmen. Ya montado en el carro, regresó y le dio un beso.
Luego de despedir a Fidel, don Juan me llamó a su biblioteca, buscó en su amplia estantería un libro; lo ubicó rápidamente, lo agarró por el lomo. Buscó la página 697, y todavía de pie, antes de empezar a leer, con delicadeza, prácticamente me recriminó que yo no le recordara, durante la presencia de Fidel en su hogar, esa obra monumental: “De Cristóbal Colón a Fidel Castro, El Caribe frontera imperial”. Copio fragmentos de lo que leyó:
“Con la nueva época se iniciaba una etapa de luchas más duras, más desenfrenadas. Pero la Historia enseñaba que todo lo que había sucedido en un país del Caribe tendería a suceder más tarde o más temprano en los demás…, lo cierto y verdadero era – y seguirá siendo por largo tiempo- que el Caribe es una unidad histórica desde que llegó a sus aguas Cristóbal Colón hasta que Fidel Castro dijo, el día 19 de abril de 1961, en su cuarto comunicado de guerra:
“Fuerzas del ejército rebelde y de las milicias nacionales revolucionarias tomaron por asalto las últimas posiciones que las fuerzas… invasoras habían ocupado en el territorio nacional. Playa Girón, que fue el último punto de los mercenarios, cayó a las 5,30 de la tarde”.

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