Etica empresarial

Etica empresarial

JESÚS ELÍAS MICHELÉN E
La Fundación Etica se constituye con unos objetivos muy precisos y con un fin esencial: «promover el reconocimiento, difusión y realización de la ética en los ámbitos económicos y empresariales, así como elevar la calidad de las organizaciones e instituciones públicas y privadas».

Sin embargo, podría tal vez parecer que esta organización es el fruto apresurado del momento particular que vive la República, donde el discurso ético se ha puesto de moda bajo las urgencias de la crisis económica y social, las pensiones de los organismos internacionales. Todo lo contrario. Nuestras Fundación es el producto sereno y razonado de años de meditación que fueron germinando y creciendo en la medida que el concepto de la ética fue llenándose con la imprescindible carga teórica y la necesaria experiencia social.

Hemos dicho que la ética está de moda en nuestra sociedad, debido en gran parte por que los ciudadanos de a pie, que sufren cada vez en mayor grado las injusticias que genera un sistema político corrupto, están tomando cada vez más conciencia de sus derechos y exigiendo a las instituciones, aún tímidamente, que lo respeten, que se «moralicen». Pero por desgracia, esta moda ética es aprovechada por algunos para lograr resonancia y pretigio dentro de la sociedad, enarbolando, desde los promontorios donde esconden sus intereses particulares, un discurso ético vacío de contenido real. La mayoría, por el contrario, se acoge al discurso ético con la sana intención de re-moralizar la sociedad, pero sin la orientación necesaria para emprender esta tarea, perdiendo con ello efectividad, confundiendo el discurso ético con el mero sermón deontológico del deber ser. Discurso adecuado para ser expuesto desde los púlpitos, pero totalmente ineficaz para orientar la acción en una sociedad pluralista donde coexisten entre los individuos diferentes proyectos particulares de vida buena.

Nuestra Fundación aspira a elevar el discurso dentro del espacio público político. Orientar y construir desde al ámbito de la ética. Nuestro aporte al debate tendrá por tanto la altura necesaria para elevarnos sobre las particularidades personales. Nuestra crítica, cuando sea necesaria, será dirigida a las instituciones y a quienes las representan, con el sólo propósito de lograr que ajusten sus actividades a los fines para los cuales han sido constituidas. Y esto será válido para las instituciones de la Sociedad Civil tanto como las del Estado.

Surgimos desde el mismo corazón de la Sociedad Civil y esto puede llevar a algunos a cuestionar desde una perspectiva metodológica, la posibilidad de desarrollar un proyecto de difusión y realización de la ética, puesto que la Sociedad Civil se desenvuelve en el ámbito de las necesidades. Es el ámbito del desarrollo y reconocimiento del individuo y sus intereses particulares, lo que bien puede limitar a la Fundación en el logro de sus objetivos. Pero a pesar del carácter subjetivo de la Sociedad Civil, debemos recordar que está constituida por personas que se reconocen entre sí como seres autónomos y por tanto, sujetos que alcanzan su universalidad a través de la ley moral. Esta ley moral que se realizan en la conciencia moral de una sociedad tiene la obligación de levantarse como una muralla de defensa, como un referente ético, en las épocas de transición cuando la realización de la ética dentro de las organizaciones públicas no responde a las exigencias de la conciencia moral de la sociedad. Así, como miembros de la Sociedad Civil tenemos una doble tarea: Hacia lo interno de nuestra sociedad luchar por difundir y hacer realidad la ética dentro de nuestras organizaciones, en especial, dentro de la actividad empresarial como principal organización de la Sociedad Civil. Tratar de hacerle entender a los empresarios que la ética empresarial no es un lujo que se exhibe a nuestra conveniencia, sino una necesidad perentoria para su propia supervivencia, y en especial, como criba social que permitirá separar a los verdaderos empresarios conscientes de su responsabilidad social, de aquellos otros que se suben al tren empresarial para lograr en el corto plazo, las riquezas mal habidas obtenidas a través del tráfico de influencia con los falsos políticos. Porque es tiempo ya que los empresarios comprendan que lo único que puede darles rentabilidad a sus negocios en el mediano y largo plazo es someter su comportamiento a los lineamientos de una ética empresarial.

Pero nuestra Fundación también tiene una tarea necesaria hacia lo externo de la Sociedad Civil, que no es más que hacerle comprender a nuestros gobernantes, desde los ámbitos de los tres poderes que constituyen el Estado, la responsabilidad que asumen con sus ciudadanos. Nuestros gobernantes deben elevarse sobre sus propios intereses particulares para responder al interés general de una sociedad que ya está cansada de hacer ejercicio de ciudadanía y obtener como respuesta un vacío discurso moral que sólo busca disipar y entretener las ansias de equidad, justicia y libertad que toda sociedad moderna y civilizada requiere.

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