Ética, moral y moralética (y III)c

Ética, moral y moralética  (y III)c

En la entrega anterior, acerca del tema, comentamos que una razón para la integración entre /moral y ética/ podía deberse a que el sujeto- hablante sentía la necesidad de completar o afirmar sus pensamientos a causa de que se tiene por sentado que no existen palabras que sean sinónimos perfectos.

O tal vez que /moral y ética/, en contacto, suelen ajustar bien para la mejor entonación y fuerza en aquellas frases. O, quizás, es simplemente por costumbre, sin revisar léxicos comunes ni diccionarios de voces sinónimas y antónimas, ni de ideas afines. De todas maneras, ambos términos están ahí, cada quien tomará decisiones a su mejor arbitrio.

En su obra Enciclopedia del idioma, Martín Alonso informa que la voz /moral/ nos llegó del latín, función de adjetivo. Ingresó al español en el siglo XV. Refiere, además, que esa dicción es muy rica en acepciones. De /ética/ apunta su origen griego ethica-ethiké, ‘costumbre’, siglo XVII. En la definición de esta voz, como adjetivo, explica: ‘concerniente o relativo a la ética’. Como sustantivo, escribe: ‘parte de la filosofía que estudia la moral’.

No queremos que se nos quede en el tintero el primer contacto y quizás único, en algún sentido, que nos aproximó a la palabra MORAL-ÉTICA (moralética). Regresábamos de un evento en el extranjero y, en la secretaría de la Escuela de Periodismo de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), recién organizada bajo la dirección del hoy difunto amigo Freddy Gatón Arce, recibimos un libro que alguien nos había dejado.

Comenzamos a hojearlo con curiosidad por su título Moralética del Periodismo, autor Octavio de la Suarée.

Para esos días (octubre de 1969) se iniciaba en la UASD un nuevo año académico. Nos tocaba desarrollar el primer programa de la Ética del periodismo. Revisábamos el libro para saber de parte de quién procedía, y encontramos en la primera página, en forma manuscrita, el nombre: Hipólito Martínez. Aguardé los días que faltaban para el inicio de las labores, y agradecer en clases el valioso aporte que nos hizo llegar. Escribí debajo de su nombre, que pienso escrito por él mismo, la siguiente fecha: 16-X-69.

Hipólito Martínez había resultado uno de los mejores estudiantes de la unidad académica.

La obra resultó una aportación importante en aquellos días iniciales para la bibliografía acerca de la materia. De Publicaciones cultural (sic) S. A., La Habana, Cuba, segunda edición, julio de 1946. El profesor La Suarée tiene una hoja de publicaciones, -que vimos en dicho texto-, realizadas desde 1939, la mayoría acerca de temas realizados con lo que hoy denominamos Ciencias de la Comunicación Social. Conservo ese ejemplar.

Gracias a Hipólito, alumno y amigo. Gracias al profesor Octavio de La Suarée, secretario que fue de la Escuela Profesional de Periodismo “Manuel Márquez Sterling”, de La Habana, Cuba, por su labor como maestro de la comunicación social.
Gracias por siempre.

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