Acapulco, el primer ‘resort’ de México se reinventa

Acapulco, el primer ‘resort’ de México se reinventa

EFE.  Reportajes. Nueve millones de personas eligen cada año pasar sus vacaciones en Acapulco. El que fuera el primer ‘resort’ de México ha sabido combinar los mitos de su pasado con una oferta que concilia diversos tipos de turismo, desde las fiestas de adolescentes hasta los ambientes más exclusivos.

Concursos de camisetas mojadas conviven con extensos campos de golf en el Puerto de Guerrero, al que las barreras naturales han salvado del colapso urbanístico que viven otros enclaves turísticos del mundo. Tal diversidad responde a que la bahía de Acapulco fue bendecida por temperaturas que nunca bajan de los veinte grados y por playas kilométricas donde cualquiera puede encontrar su sitio: adictos al bronceado, ‘surferos’ en busca de olas y familias enteras en busca de un día tranquilo.

“Todo el mundo tiene una experiencia de verano en Acapulco”, defiende, en una entrevista con Efe, el director del Fideicomiso de Turismo municipal, Jesús Radilla.  Existen varios Acapulcos, que muchas veces se ignoran entre sí. Está el ‘viejo’ o ‘Dorado’, cuya visión nocturna siempre impresiona desde la bahía, plagado de altos hoteles, discotecas y restaurantes, y sede sempiterna del ‘spring break’, las desmadradas vacaciones que México vende a los estudiantes norteamericanos.

Y, en lo que antes eran las afueras de la urbe, brota ahora un nuevo Acapulco, conocido como ‘Diamante’, donde los inversores extranjeros han disparado la creación de lujosos complejos hoteleros que permiten a sus clientes recibir toda clase de caprichos sin necesidad de pisar las calles de la ciudad.“Es tan grande, que un día no es suficiente para ver todas las tiendas”, comentan los taxistas cuando circulan junto a ‘La Isla’. 

Hospitalidad

Como otros muchos acapulqueños, Jesús Radilla defiende que la reconocida frase ‘mi casa es su casa’, nació en esta bahía. El personal de sus hoteles la cumple a rajatabla, especializado como está en mimar y satisfacer hasta el último deseo del huésped.

Décadas de atención a los clientes más exigentes hicieron de Acapulco un destino ideal.

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