Etnoturismo”, inmersión tribal

Etnoturismo”, inmersión tribal

EFE. Reportajes. El afán de todo viajero es poder mezclarse con las culturas que encuentra a su paso, aunque el turismo de masas lo convierte en un objetivo inalcanzable. Sin embargo, la nueva moda del “etnoturismo” permite conocer y convivir con las culturas ancestrales, especialmente latinoamericanas.

Cultivar papas, pastorear o cortar leña con miembros de tribus perdidas en la selva se han convertido en ocupaciones buscadas por turistas que desean pasar sus vacaciones inmersos en culturas ancestrales, vivir como sus miembros y enriquecerse con su forma de ver la vida.

Lejos de causar un impacto negativo en las poblaciones y sus entornos naturales, el “etnoturismo” ha sido fuente de ingresos y mejoras en los países que son visitados por este tipo de viajeros.

La difusión de la cultura local para turistas ha implicado que se recuperen especies nativas, se cuide el entorno y se preserven costumbres antiguas, además de proporcionar un beneficio económico a poblaciones que, gracias al dinero de los viajeros, pueden mejorar su calidad de vida y subsistir.

América Latina y su riqueza tribal. En Chile, por ejemplo, existen cerca de sesenta proyectos apoyados por organizaciones no gubernamentales que ayudan a las tribus a organizarse y estructurarse para estar preparadas para ser receptoras de “etnoturismo”.

En Casa de la Gente Nueva, ubicada en el kilómetro 20 del camino a Cunco, en la zona de Temuco, ofrecen estancias en casas típicas o visitas diarias en las que se puede pasear en carretas de bueyes y participar en los ritos de los mapuche.

En Putre y en Parinacota los que acogen al viajero son los aymara, mientras que en Chiu Chiu es posible disfrutar de los sabores de la auténtica cocina atacameña.

La Red Indígena de Turismo de México (RITA), formada por 32 organizaciones del movimiento indígena mexicano, asesora sobre el “etnoturismo” en esta nación  y ofrece paquetes vacacionales que procuran cuidar sus tribus y al turista al máximo.

A pesar de ser un movimiento incipiente, esta opción vacacional está en pleno auge, por lo que cada vez hay más empresas que preparan viajes para recorrer el país y conocer varias tribus.

Si bien es posible echarse la mochila al hombro y, con buena información, recorrer Sudamérica, es preferible, sobre todo si no se tiene un conocimiento previo del país, contratar alguna de las empresas que operan, generalmente desde Europa, para garantizar la seguridad y el buen trato y la conservación de los lugares indígenas.

Latinoamérica es muy rica en diversidad de culturas y tradiciones. En Bolivia, por ejemplo, uno de los recorridos recomendados pasa por navegar por las azules aguas del lago Titiaca, visitar el Salar de Uyuni y las lagunas de colores o la Amazonia y su biodiversidad.

También se pueden conocer los pueblos Quechua, Mosetene y Tsimane y compartir con ellos su modo de vida.

Perú, Bolivia y Guatemala son países que también mantienen un alto nivel de población indígena, pero aun no están tan estructurados a nivel de empresas de viajes como Chile, Argentina o México.

Para poder tener memorias de África.  Si no fuera por los safaris que recorren la jungla keniata para contemplar leones, cebras o antílopes, se conocería más bien poco el África turística.

 El gran continente rebosa cultura, ritos y costumbres enriquecedoras que constituyen una atracción turística emergente. Entre las tribus de África encontramos a pigmeos, bosquimanos y hotentotes, malinké, wolof, haussa, senufo, dogón, sara o bambara, entre muchas otras. Un gran número de etnias africanas comparte costumbres, pues con el paso del tiempo se han integrado y abierto a las tribus vecinas.

La página web “Viajes responsables” dispone también de paquetes preparados para turistas, pero en su caso, no se centran exclusivamente en Latinoamerica, por lo que ofrecen también un “etnoturismo” organizado por diferentes zonas de África.

Uno de los destinos disponibles es Etiopia en catorce días. Desiertos, ríos, montañas, cráteres o pequeñas aldeas se abren frente al viajero, quien se adentra en localidades como Gondar o Lalibela, catalogadas como Patrimonio de la Humanidad.

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Consejos para el “etnoturismo”

Una vez elegido el destino que va a enriquecer nuestras vacaciones, es importante seguir una serie de consejos para que la presencia extranjera no influya de manera negativa en la vida local.

Los gobiernos locales de los países receptores de turismo étnico advierten a los extranjeros que hay que saber de antemano algo sobre las etnias con las que se va a convivir, pues algunas son más amigables con los turistas que otras.

Hay que pedir permiso para usar la cámara fotográfica, respetar sus ritos y costumbres, así como no deteriorar su entorno natural ni alterar su ritmo de vida.

Una vez preparados para el viaje y con la información previa pertinente, solo queda zambullirse en nuevas culturas ancestrales y retroceder mágicamente en el tiempo.

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