EU busca limpiar su imagen bélica

EU busca limpiar su imagen bélica

YAKARTA (EFE).- El despliegue militar estadounidense en los países afectados por el seísmo está siendo interpretado por medios y analistas como un intento de limpiar la imagen bélica de Washington en las naciones musulmanas, concretamente en Indonesia.

La Casa Blanca ha ofrecido 350 millones de dólares en ayudas de emergencia y para la reconstrucción de las naciones afectadas, y una buena parte irán al antiguo Sultanato de Aceh, al norte de la isla de Sumatra, la zona más castigada por el maremoto con casi cien mil muertos.

El jefe de la diplomacia estadounidense, Colin Powell, comentó el jueves en Yakarta que «por el momento» su país no comprometerá más fondos, aunque reconoció que una tragedia de tal magnitud necesitará mucha ayuda y Estados Unidos la aportará.

A este acto de generosidad económica se unió el envío a aguas del norte de Sumatra del portaaviones Abraham Lincoln, con cinco buques de guerra y una docena de helicópteros y aviones, para dirigir las tareas humanitarias y el reparto de ayuda.

Se trata del mayor despliegue militar estadounidense con carácter humanitario desde la erupción del volcán Pinatubo, ocurrida en 1991 en Filipinas, y donde murieron un millar de personas y 1,8 millones fueron desplazadas.

Por cuestiones prácticas aquel despliegue estaba justificado contando con que a las faldas del Pinatubo se levantaba la base aérea estadounidense de Clark, desde donde las tropas partían hacia la guerra de Vietnam.

Ahora en Indonesia, con más de 200 millones de habitantes musulmanes y abiertamente antiamericanos, especialmente desde las guerras de Afganistán e Irak, parece que la Administración Bush lo hace únicamente por motivos humanitarios.

El hecho de que los responsables del Abraham Lincoln hayan invitado a periodistas indonesios a visitar el portaaviones ha tenido su efecto, ya que los medios tratan a los estadounidenses estos días mejor que nunca.

A esto se añade que la Casa Blanca se está comprometiendo más con las víctimas del maremoto que las naciones árabes, tal y como comentó a los medios locales Goenawan Mohamad, un veterano editor, escritor y poeta indonesio.

Goenawan reconoce que la guerra contra el terrorismo liderada por George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre del 2001 «ha sido interpretada en Indonesia como una guerra contra el Islam».

Ahora, tras esta tragedia global, «permanecerán las críticas pero serán menores», según el escritor.

También Rachtmat Witolear, ex embajador y líder del Golkar, el partido mayoritario en el Parlamento indonesio, cree que la actitud de Washington llevará a una mejora de las relaciones y por supuesto de su imagen bélica.

A ello dicen que contribuye también el anuncio de Powell sobre el levantamiento del embargo de comprar armas a EEUU que pesaba sobre el Gobierno de Yakarta, impuesto a causa de la violenta respuesta del Ejército indonesio y las milicias a la victoria independentista en el referéndum de Timor Oriental en 1999.

Pero un campamento del grupo radical Laskar Mujahidin, en la provincia de Aceh, ha puesto en alerta a los militares estadounidenses desplazados hasta el antiguo sultanato, donde la ley marcial se sustituyó en mayo pasado por el estado de emergencia civil a causa de una larga guerra separatista.

Los medios indonesios sacaron hoy a la luz la presencia de este grupo en la zona más afectada por el seísmo donde se agolpan cadáveres, destrucción y caos.

A las puertas de su campamento, donde según algunos medios está formado hasta por hasta 200 miembros de la organización radical, cuelga un cartel con el lema «Reforzamiento de la Ley Islámica», mientras sus integrantes contribuyen a la recogida de cadáveres, distribución de agua y alimentos y proveen de enseñanzas islámicas a las víctimas.

La esperanza de que no se desaten enfrentamientos estriba en que los Estados Unidos han llegado a Indonesia para ayudar al pueblo musulmán y no para hacer la guerra. EFE

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