EU: cero contratos países opuestos guerra

EU: cero contratos países opuestos guerra

WASHINGTON (EFE).- Pese a la fuerte polémica desatada en el exterior, Estados Unidos justificó ayer como «apropiada y razonable» su decisión de vetar los contratos en Irak a las naciones que se opusieron a la guerra, como Francia, Alemania o Canadá.

En declaraciones a la prensa, el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, declaró que es «apropiado y razonable esperar que los principales contratos para la reconstrucción financiados con dinero de los contribuyentes de EEUU sean para el pueblo iraquí y aquellos países que trabajan con EEUU».

Por eso, señaló la Casa Blanca, el veto se levantará para los países afectados que «decidan apoyar los esfuerzos de la coalición» mediante el envío de tropas u otros medios.

La prohibición afecta a un total de 26 contratos, concedidos para reparar plantas energéticas, sistemas de comunicaciones y otras infraestructuras y que se sufragarán con los 18.600 millones de dólares que el Congreso de EEUU ha aprobado para la reconstrucción del país árabe.

El Pentágono ha hecho pública una lista de 63 países, entre los que están incluidos España, Reino Unido, Polonia y Australia, cuyas compañías sí podrán concurrir a las licitaciones.

Las empresas de nacionalidades excluidas tendrán que conformarse con concurrir a las subcontrataciones.

Mientras crece la polémica, los empresarios estadounidenses ya se frotan las manos ante la perspectiva de unos contratos millonarios.

El veto no afecta a los contratos sufragados con los 13.000 millones de dólares ofrecidos por otros países en la conferencia de donantes para Irak celebrada en Madrid el pasado octubre.

«Estados Unidos y los países de la coalición, así como otros que están contribuyendo con tropas y el propio pueblo iraquí, son quienes han estado ayudando y sacrificándose para construir una nación libre y próspera», justificó el portavoz de la Casa Blanca.

Por eso «creo que es totalmente apropiado que el dinero de los contribuyentes estadounidenses vaya a estas entidades», agregó el portavoz, quien indicó que el presidente George W. Bush apoya «plenamente» esta decisión del Departamento de Defensa.

En un comunicado emitido el martes, el subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz, adelantó que ante la necesidad de alentar a los países a enviar tropas a Irak y «para la protección de los intereses esenciales de seguridad de Estados Unidos» es necesario limitar el número de países cuyas compañías optarán a los programas de reconstrucción.

El anuncio ha generado de inmediato un tremendo malestar en las cancillerías afectadas: el ministro alemán de Exteriores, Joschka Fischer, ha considerado la medida «inaceptable», mientras que Francia ha indicado que «toma nota» e insinúa que llevará el asunto a los tribunales.

La Unión Europea, por su parte, investiga si la medida viola las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). La Casa Blanca asegura que no.

[b]Jarro de agua fría[/b]

MOSCÚ (EFE).- El Kremlin reaccionó ayer airado a la exclusión de Rusia de los contratos para la reconstrucción de Irak y exigió el pago completo de los 8.000 millones de dólares que Bagdad debe a Moscú desde tiempos soviéticos.

La decisión del Pentágono de excluir a Rusia, Francia y Alemania, entre otros países, de los suculentos contratos destinados a reparar las infraestructuras destruidas en Irak por la guerra ha sentado como un jarro de agua fría en Moscú a pesar de que para el Kremlin no es una decisión inesperada.

También Francia y Alemania mostraron inquietud por el anuncio del subsecretario de Defensa norteamericano, Paul Wolfowitz, quien ayer dejó claro que los países que con gran ahínco se opusieron a la guerra no tendrán un trozo del pastel de 18.600 millones de dólares de la reconstrucción iraquí.

Los contratos constituyen la cantidad aprobada por el Congreso de EEUU para las obras de restauración de las infraestructuras iraquíes tras la guerra de marzo y abril pasados.

Según el informe de Wolfowitz, la «seguridad» norteamericana exige limitar el acceso a los contratos principales a «compañías de EEUU, Irak, miembros de la coalición y naciones que contribuyeron con fuerzas militares» a la campaña lanzada por Washington y Londres.

La diplomacia rusa ha movilizado a sus pesos pesados para tratar de llegar a un acuerdo de última hora con Estados Unidos, que como potencia ocupante principal distribuye los contratos, pues en Moscú cunde el temor a que los siguientes perjudicados sean las empresas petroleras rusas con intereses en Irak.

El primer gesto de la pataleta de Rusia lo ofreció su ministro de Defensa, Serguéi Ivanov, quien exigió el pago completo de los 8.000 millones de dólares que Bagdad adeuda a Moscú desde tiempos de la antigua Unión Soviética y que el régimen de Sadam Husein amplió generosamente.

Entonces, las armas rusas fluían sin problemas por todo Oriente Medio y en Irak no se hacían ascos a los últimos modelos de cohetes fabricados en Siberia, ni a los eficaces sistemas rusos de detección aérea.

Si Rusia ya vio mermados sus intereses en Irak con la guerra, ahora las empresas rusas, sobre todo las que sacaron en buena parte adelante el programa «petróleo por alimentos», ven peligrar sus perspectivas en el país árabe.

El ministro de Defensa ruso, quien hoy se reunió en Moscú con sus colegas de la Comunidad de Estados Independientes, fue categórico sobre Irak.

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