WASHINGTON.  AFP.  La Casa Blanca condenó ayer como una habitual actitud «provocativa» la decisión iraní de lanzar misiles de largo alcance que, según Teherán, son capaces de alcanzar blancos en Israel.

«Estos fueron ejercicios militares ya programados», dijo el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, que afirmó que las pruebas eran coherentes con «la actitud provocativa con la que Irán ha actuado en el escenario mundial».

Ayer, más temprano, Teherán informó que había lanzado los misiles Ghadr-1 y Sejil.

Ambos misiles tienen capacidad para llegar hasta Israel, cuyo territorio está situado a unos 1,000 km.

La agencia de vigilancia nuclear de la ONU (AIEA) informó el viernes que Teherán estaba construyendo una segunda planta de enriquecimiento de uranio.  El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, interrogado el domingo por la cadena CNN, evocó posibles «sanciones en la actividad financiera, sobre las tecnologías petroleras y de gas».

Estados Unidos contempla también la posibilidad de un embargo a las importaciones de gasolina de Irán, un país exportador de petróleo pero que, paradójicamente, debe importar 40% de su carburante por falta de capacidad de refinación.

Pero estas sanciones encontraron una respuesta tibia entre los aliados de Washington.