Washington.  EFE. El nuevo Gobierno de Honduras desafía las presiones del mundo para restituir al depuesto presidente Manuel Zelaya, y algunos analistas creen que Estados Unidos, en compás de espera ante la situación, debe ejercer más influencia ante una crisis que no tiene visos de solución inmediata.

Estados Unidos respaldó una resolución de cinco puntos de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) que da un plazo de 72 horas para la restitución “inmediata, segura e incondicional” de Zelaya, mientras se realizan en paralelo gestiones diplomáticas.

La tarea del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, será lograr la restitución de Zelaya para que éste complete su mandato hasta enero de 2010.

Si el Gobierno del nuevo presidente hondureño, Roberto Micheletti, continúa sin atender los reclamos la comunidad internacional, la OEA invocará el artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana para suspender a Honduras del sistema regional.

La suspensión no es inamovible pero, de concretarse, Honduras estaría arriesgando al menos 600 millones de dólares en programas de asistencia, y su aislamiento diplomático.

La Constitución hondureña de 1982 prohíbe la reelección y Zelaya, electo en 2006 para un mandato de cuatro años, había convocado a una consulta no vinculante para iniciar un proceso de reforma de la Carta Magna, con el objetivo, según sus críticos, de poder ser reelegido, polémica que desencadenó en el golpe militar que lo arrojó del poder. Estados Unidos, al igual que otros países, ha dicho que no reconocerá a ningún presidente que no sea Zelaya, mientras que Micheletti ha insistido en que no hubo golpe sino una transición legal y que si el depuesto mandatario regresa al país será detenido.

Ante el atolladero actual, algunos analistas consideran que, aunque no es un asunto estrictamente “bilateral”, EE.UU. debe ejercer más presión.

Estados Unidos y Honduras mantienen estrechos lazos comerciales, políticos y militares y eso, según los analistas, podría inclinar la balanza hacia una solución pacífica en la que todos ganen.

“Me sorprendió que Estados Unidos no tuviese más influencia, aunque no sé cuánto presionó o si, al final, el problema es que no tomaron en serio la situación. Lo importante ahora es que EE.UU. aumente las presiones, porque nadie quiere que esto escale más”, dijo a Efe Peter Hakim, presidente de Diálogo Interamericano, un centro de análisis político. “Es una situación muy volátil, pero soy optimista”, señaló.

Peter Hakim

Me sorprendió que EU no tuviese más influencia, aunque no sé cuánto presionó o si, al final, el problema es que no tomaron en serio la situación. Lo importante ahora es que EU aumente las presiones, porque nadie quiere que esto escale más”.

Decidirá el lunes

WASHINGTON. AFP. Estados Unidos postergó hasta el lunes su decisión sobre un eventual congelamiento de su ayuda a Honduras, para dar tiempo a una iniciativa diplomática que demanda la restitución del depuesto presidente Manel Zelaya, indicó una fuente gubernamental en Washington.

«Estamos evaluando el impacto de esos actos (la deposición de Zelaya) en nuestros programas de asistencia», dijo a periodistas un alto funcionario del Departamento de Estado, que pidió el anonimato.

«El centro de atención de nuestros programas de ayuda es el bienestar del pueblo hondureño (…). Seguimos enfocados en eso mientras procedemos a la evaluación», enfatizó.  Pero «es importante precisar» que el gobierno de Estados Unidos trabaja actualmente con sus socios de la OEA para restaurar «el orden democrático y constitucional» en Honduras, añadió.

Si bien el Departamento de Estado no pudo dar un monto actualizado de la ayuda estadounidense a Honduras, el servicio de financiación de asistencia al extranjero cifró en cerca de 40 millones de dólares los fondos para desarrollo, ayuda alimentaria y combate al sida otorgados para 2004 y 2005.

Más temprano, un portavoz del Pentágono había anunciado la suspensión de todas las actividades militares de Estados Unidos con Honduras hasta nuevo aviso.

El aislamiento internacional de las nuevas autoridades de Honduras se incrementó el miércoles con el ultimátum de la Organización de Estados Americanos (OEA), que les dio 72 horas para devolver la presidencia a Manuel Zelaya, arrancado el domingo del poder por militares con anuencia del Congreso.