BAGDAD (EFE).- Las fuerzas de ocupación norteamericanas detuvieron a más de centenar de personas en las últimas 24 horas, entre ellas a sospechosos de participar en el ataque perpetrado el pasado 15 de noviembre contra un helicóptero en Mosul.

En una rueda de prensa ofrecida ayer en Bagdad, el general Mark Kimmit, portavoz del Ejército estadounidense en Irak, precisó que los arrestados en relación al ataque contra el aparato «Black Hawk» son cuatro y que se investiga su grado de participación en el mismo.

El militar también reveló que en una operación de rastreo realizada cerca de la conflictiva localidad de Tikrit fue capturado Amal Ayub al-Samarrai, a quien describió como «el fotógrafo personal de Sadam Husein».

Al-Samarrai era, sin embargo, más conocido antes de la caída del ex presiente Sadam Husein por ser un alto cargo del partido Baaz y haber detentado el puesto de subdirector de la Organización para la Unidad de las Mujeres iraquíes.

El general norteamericano indicó, asimismo, que el número de sospechosos que permanecen en campos de detención en Irak oscila entre «9.000 y 10.000».

«De ninguna manera se acerca a los 20.000», cifra que defienden varios grupos internacionales en defensa de los derechos humanos, aseveró.

«Si comparamos el número con los 27 millones de iraquíes que viven en este país, el porcentaje es muy pequeño», agregó.

El portavoz de la Autoridad Provisional de la Coalición (CPA), Dan Sinor, quien también participó en la rueda de prensa, explicó que los detenidos son clasificados en dos categorías, y que una vez son investigados, se liberan si son inocentes, o se remiten a tribunales civiles o militares.

«Hay detenidos por cuestiones de seguridad, y hay detenidos civiles. Los civiles culpables se remiten a un tribunal iraquí, mientras que los sospechosos por cuestiones de seguridad, son retenidos», relató sin entrar en detalles.

Sinor también destacó que desde la captura de Sadam Husein, el pasado 13 de diciembre, ha aumentado el número de iraquíes «que llaman a las puertas del Ejército norteamericano para colaborar».

«Hay una mayor cooperación en cuestiones de Inteligencia militar. La gente habla más y conseguimos más información. Sobre todo de miembros del estrato medio o bajo del partido Baaz, que han perdido el miedo» a que el dictador vuelva, explicó.

«Además, se ha incrementado el número de iraquíes que confían en las nuevas fuerzas de seguridad de Irak», agregó.

En este sentido, Kimmit reveló que hoy, y por primera vez, una patrulla de las nuevas fuerzas de seguridad de Irak actuó sola en la conflictiva ciudad de Ramadi. 80 kilómetros al oeste de Bagdad.

«Intervinieron en un mercado ilegal de armas, donde se incautaron de numeroso armamento», agregó.

El general norteamericano reveló, por último, que Abu al-Kaisifi, uno de los miembros del Consejo Municipal de la ciudad de Basora, fue asesinado a tiros a la puerta de su casa, crimen que también, dijo, está bajo investigación.