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WASHINGTON (AFP).- La llegada al poder hace un año en Irán del presidente ultraconservador Mahmud Ahmadinejad, quien se jacta de su firmeza en su plan nuclear y multiplica sus ataques verbales contra Israel, ha servido para endurecer el tono entre dos viejos enemigos: su país y Estados Unidos.
Ahmadinejad ha tornado las cosas más difíciles para una mejora de las relaciones entre Estados Unidos e Irán, declaró el viernes a la AFP Jon Wolfsthal, analista especializado en la cuestión iraní en el Centro de Estudios Estratégicos Internationales de Washington.
El presidente iraní es un populista y en Irán presenta a Estados Unidos como el gran Satán. El efecto de esta actitud en su país torna cualquier solución más difícil para Estados Unidos.
Washington rompió todos sus lazos diplomáticos con Irán después de la toma de rehenes estadounidenses en Teherán en 1979, pero con la llegada al poder de Mahmud Ahmadinejad, salido del ala ultraconservadora, la voz de ambos rivales se elevó de tono, primero por la publicación de una foto de secuestradores, entre los cuales los medios estadounidenses creyeron reconocer a un juvenil Ahmadinejad.
Desde entonces, Estados Unidos e Irán se han encerrado en un ciclo negativo, dijo Wolfsthal. La idea que el nuevo presidente podría estar vinculado a este penoso episodio exacerbó el nerviosismo de los estadounidenses, prosiguió el analista. En realidad, jamás se ha probado que Ahmadinejad hubiera estado implicado en la crisis de los rehenes.
Las relaciones entre ambos países siguieron deteriorándose con la escalada del programa nuclear iraní y con las virulentas declaraciones de Teherán sobre Israel, aliado de Washington.
La retórica irresponsable de Ahmadinejad, las dudas que plantea sobre la realidad del Holocausto y sus declaraciones sobre Israel (llamando a borrarlo del mapa) han dado la imagen de un hombre peligroso y que representa una amenaza, expresó a la AFP Joseph Cirincione, especialista del Centro para el Progreso Estadounidense, en Washington.
De cierta forma, su retórica sobre el Holocausto ha ayudado a Estados Unidos a ejercer presión sobre Irán y a convencer a los europeos que representa una amenaza, afirmó Wolfsthal.
